En menos de un mes -del 23 de junio al 22 julio de 2018- asaltaron diez casas de lujo en la Isla y se hicieron con objetos de valor y dinero en efectivo que alcanzó casi los 300.000 euros. Tenían claro dónde estaban sus objetivos: Calvià y Santanyí. En estos dos municipios mallorquines se centró la banda formada por cuatro chilenos. Ayer reconocieron los hechos ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Palma y aceptaron cada uno de ellos cinco años y cinco meses de prisión.
El acuerdo de conformidad entre las partes, al que se llegó antes de la vista, incluye la expulsión del país cuando se hayan cumplido dos quintas partes de la condena. Los imputados, defendidos por el letrado Miguel Ángel Ordinas, llevan en prisión desde julio de 2018, por lo que en septiembre abandonarán España y regresarán a su país natal. En un principio la Fiscalía pedía para cada uno de ellos nueve años de cárcel.
Actividad frenética
La víspera de San Juan de 2018 iniciaron su actividad frenética, que alcanzó algunas noches hasta dos asaltos. Como aquella noche, que asaltaron una vivienda en Santa Ponça y otra en Bendinat. No esperaron ni 24 horas para volver a la carga. Esa vez se apoderaron de 25.000 euros en efectivo y otros tantos en joyas. El mayor botín lo consiguieron el 22 de julio, días antes de ser detenidos. Nada menos que 171.000 euros en joyas.
Tras su arresto, que se llevó a cabo en su escondite, un piso ubicado en la zona de Magaluf, la Guardia Civil explicó que los detenidos formaban parte de una red de chilenos que llevan varios años cometiendo robos en distintos puntos de Europa.