Azote policial a la venta, cultivo y distribución de marihuana en la Isla. En el último mes, agentes del Grupo II de Estupefacientes de la Policía Nacional en colaboración con Policía Local de Palma, han practicado más de una decena de operaciones con éxito. En la última semana, los agentes han conseguido incautar más de un millar de plantas, cien kilos de droga intervenidos y proceder a la detención de tres personas.
En la madrugada del pasado viernes, los funcionarios policiales lograron desmantelar un punto de producción cíclica de marihuana en Llucmajor con capacidad para varios centenares de plantas. Durante el operativo se detuvo al responsable de la plantación acusado de un presunto delito contra la salud pública. La investigación se inició en la capital balear, gracias a la colaboración de la Policía Local.
Las plantaciones de marihuana que se han eliminado en los últimos días se caracterizaban por estar establecidas como puntos de producción cíclica, con distintos estadios de crecimiento con lo que se perseguía mantener un flujo continuo de droga. De esta forma, los narcotraficantes conseguen mantener una comercialización en el mercado negro de forma ininterrumpida, no teniendo los tres presuntos autores relación entre ellos, realizando esta actividad sin conexión.
La operación contra el abastecimiento de droga en Mallorca sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones. En este momento, existen varias operaciones en marcha. Todas ellas en Palma, algunas de ellas con ramificaciones en otros puntos de la Isla.
Las infraestructuras desmanteladas están valoradas en miles de euros
Las actuaciones llevadas a cabo por el Grupo II de Estupefacientes y la Policía Local de Palma han conseguido destruir una infraestructura valorada en decenas de miles de euros.
También han descubierto tres plantaciones de cultivo ocultos para la policía hasta la fecha y recabar una importante información sobre el proceder de los distintos grupos criminales dedicados a la venta de droga en Palma. Los agentes señalan que estos grupos criminales diversifican el modelo de producción de la droga combinando instalaciones propias con otras cuya mano de obra es externa a la organización, permitiendo así a los narcos asegurar el abastecimiento.