No hay respiro. La Policía Nacional se desplegó este jueves por sorpresa en las calles de Son Gotleu con una de sus grupos insignia: la UPR (Unidad de Prevención y Reacción). Los agentes, con mascarillas y guantes, controlaron a los peatones y verificaron que no se estaban saltando la cuarentena. Un hombre fue detenido durante el operativo, que duró cerca de una hora.
Ultima Hora fue testigo del dispositivo relámpago desplegado por la Jefatura palmesana, que ha optado por este tipo de operaciones ya que permiten cazar a un mayor número de infractores. «Los controles fijos llaman mucho la atención y enseguida se corre la voz en el vecindario y por el punto donde estamos ya no pasa nadie. Como mucho algún despistado», reconoció una fuente policial.
Los UPR llegaron al mediodía a Indalecio Prieto y Orson Welles y tuvieron un curioso recibimiento: varios peatones comenzaron a correr de forma alocada, tratando de huir. Con buen criterio, los agentes sospecharon que escondían algo y se inició la primera persecución de la mañana. Un hombre de color fue finalmente interceptado y los agentes le pidieron su carnet. Se comprobó que se había saltado una orden de alejamiento de su excompañera y fue arrestado.
Otro grupo, con bolsas en las manos, fue cacheado cuando entraba en un edificio, pero no llevaban sustancias prohibidas encima. La Policía Nacional está muy pendiente de cómo evoluciona la cuarentena en esa conflictiva barriada palmesana, donde numerosos vecinos ya han sido sancionados por pasear saltándose el confinamiento.
Controles a conductores en la calle Industria de Palma
Por su parte, la Policía Local de Palma continuó este jueves realizando controles de tráfico en distintos puntos de Ciutat. Uno de ellos se montó, a las once y media de la mañana, al inicio de la calle Industria, frente a los molinos.
Los agentes fueron parando, uno a uno, a todos los vehículos que pasaban por allí y en algunos se localizó a más de un ocupante. Los dispositivos de tráfico se prolongaron todo el día y fueron sancionados numerosos conductores que no tenían justificación alguna para ponerse al volante.