Caso resuelto. La Guardia Civil ha detenido a dos vecinos del Port d'Andratx que el pasado fin de semana asaltaron a un residente inglés y le cortaron en el cuello, para sustraerle un reloj Rolex valorado en 35.000 euros.
Tal y como adelantó en primicia Ultima Hora, la víctima -de 62 años- había estado cenando con su esposa y de madrugada decidió tomar una copa en una discoteca del Port, donde conoció a dos jóvenes españoles que le dieron conversación. Al principio sospechó de ellos, porque le hacían demasiado caso, pero finalmente se relajó al saber que eran residentes en el municipio y estuvo con ellos.
Lo acompañaron
Después, ya a altas horas de la madrugada, se ofrecieron a llevarlo a su casa, pero de camino se desviaron hasta un camino rural apartado y oscuro. Fue entonces cuando el británico comprendió lo que se le venía encima e intentó reaccionar. Sin embargo, le amenazaron con un cuchillo y le golpearon en el rostro. También le provocaron una herida incisa en el cuello, por la que comenzó a sangrar de forma abundante.
Los delincuentes le robaron 500 euros de la cartera y su reloj, valorado en 35.000 euros. Después lo dejaron abandonado allí, a su suerte, y huyeron con el coche. El hombre pidió ayuda y fue atendido en el Punto de Asistencia Continuada (PAC). Luego acudió al cuartel e interpuso la correspondiente denuncia.
Los hampones, con todo, cometieron un grave error: se dejaron grabar por las cámaras de la discoteca y por otras del Port, por lo que su detención iba a ser inminente. Se adelantaron presentándose ellos en el cuartel. Contaron que, en efecto, habían estado con el señor, pero insistieron en que lo había dejado «en perfecto estado» en su domicilio. Pero la Guardia Civil tiene mecanismos para este tipo de situaciones y en poco tiempo puso a los dos ladrones contra las cuerdas y acabaron confesando. Incluso dijeron dónde estaba el reloj.
La víctima relató que los delincuentes fueron muy violentos: «Pensé que moría»
La víctima del atraco reside desde hace 35 años en el Port d'Andratx, aunque en ocasiones regresa a su Newcastle natal. El sexagenario estaba muy afectado por el brutal ataque, que afortunadamente solo le dejó heridas leves en el cuello y algunos golpes, pero relató que había pensado «que iba a morir». El inglés no le dio mucha importancia al hecho de que le hubieran robado un reloj tan caro: «Está asegurado, es algo que no me preocupa mucho». El hombre añadió que podría reconocer a los autores sin género de dudas.