El misterioso caso de Marta Calvo, la joven que desapareció en Valencia el pasado día 7 tras citarse a través de internet con un colombiano que resultó ser un narcotraficante y que está huido, tiene una ‘conexión mallorquina' que está siendo investigada por los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil.
Jorge Ignacio P.J., de 37 años y considerado el principal sospechoso de la inquietante desaparición de Marta, tiene familia muy directa en Mallorca. Por este motivo, la búsqueda del fugitivo se ha ampliado a la Isla, aunque de momento no hay indicios de que se encuentre aquí.
Denuncia por desaparición
La cita entre el exconvicto y la joven en Valencia fue el día 7, y después él dejó de coger el teléfono. Según parece, sus familiares de Mallorca, alarmados, acudieron a Valencia y al no encontrarlo en los dos pisos que frecuentaba interpusieron una denuncia por desaparición ante la policía.
Los investigadores han encontrado otro dato que vincula el caso con Palma. Jorge Ignacio alquiló dos pisos en Valencia: uno en el pueblo de Manuel, que podría haber usado como almacén para esconder droga y como lugar de citas con chicas, y otro en L'Olleria, donde hacía creer a los vecinos que era un estudiante. En ambos casos, supuestamente, los contratos de alquileres están a nombre de sus familiares de Mallorca. Ahora se investiga si esta circunstancia responde a la intención del colombiano de que sus antecedentes penales no fueran descubiertos por sus caseros, que en ese caso podrían haberle denegado el alquiler.
La última noticia que se tiene de Marta Calvo se remonta a las 5.55 horas de la madrugada de su cita, cuando le envió por Whatsapp a su madre su ubicación, que resultó ser la casa del colombiano en el pueblo de Manuel. Desde ese momento, el teléfono móvil dejó de funcionar y se le pierde la pista. La Guardia Civil sigue volcada en el caso.
El traficante colombiano está implicado en la muerte de otra mujer
Jorge Ignacio P.J. ya fue investigado en el mes de abril pasado por la muerte de una prostituta en Valencia, aunque en esa ocasión no se pudo probar que fuera un crimen. Según desveló ayer el periódico Las Provincias, el narcotraficante colombiano fue el último cliente de la mujer en un prostíbulo de Ruzafa y salió precipitadamente de la habitación después de que ella empezara a convulsionar. La meretriz fue hospitalizada con pronóstico muy grave y murió poco después en un hospital de Valencia.