El magistrado Francisco Javier Cantero, de la Sección I de la Audiencia Provincial de Zaragoza, ha condenado a 23 años de prisión a David P., como autor del asesinato de su pareja, en el denominado 'crimen de Delicias', con la agravante de parentesco, y la privación de la patria potestad de su hija, menor de edad. El caso ha sido juzgado por un jurado popular.
En la sentencia, el magistrado le condena también a indemnizar a su hija con 250.000 euros, a la abuela -madre de la víctima-, con 100.000 euros, y a los hermanos de la fallecida con otros 100.000 euros a cada uno.
Además deberá indemnizar al Ministerio de Hacienda con 58.872 euros, cantidad correspondiente a lo abonado por el Estado a la hija, menor de edad, como ayuda y asistencia como víctima de un delito violento.
Igualmente, se le impone al condenado la prohibición de comunicarse por cualquier medio y aproximarse a menos de 500 metros de los lugares en que se encuentren la hija y la abuela, sus domicilios y lugares de trabajos, prohibiciones que tendrá una extensión de 24 años. Asimismo, el reo tendrá libertad vigilada durante cinco años.
La sentencia señala como hechos probados que el autor de los hechos mantenía una relación sentimental con una mujer, Raquel, con quien convivía desde 2001 y hasta el 25 de junio de 2018 en Zaragoza, teniendo una hija menor de edad con ella.
Raquel, con anterioridad al 24 de junio de 2018, simultaneaba dicha relación con otra, de duración no determinada, que mantenía con otro hombre, lo que no aceptaba David P.
A mediados de junio de 2018, Raquel manifestó a David P. su intención de poner fin a la relación sentimental, fijando como fecha tope el día 25 del mismo mes.
La sentencia señala, asimismo, que David P., disconforme con llevar a cabo el abandono del domicilio preparó aun así su equipaje para irse. Además, desde el 18 de junio, David P. consultó desde su teléfono móvil en Internet varias páginas informativas sobre muerte por estrangulamiento y ahorcamiento y diversas técnicas de matar a una persona simulando un accidente y otras maneras de salir impune. También consultó varias páginas sobre depresión e ideas suicidas.
En la noche del 24 al 25 de junio de 2018, encontrándose la hija menor con su abuela en el pueblo de ésta, David P. intentó reconducir la situación entre él y su esposa, tratando de no abandonar el domicilio familiar, ubicado en el barrio de Delicias de la capital aragonesa, recibiendo por parte de Raquel una total negativa, ya que deseaba poner fin a la situación.
Acto seguido, encontrándose Raquel de espaldas, David P. le rodeó el cuello con el brazo derecho, presionando fuertemente el mismo, y tapándole la boca y la nariz con la mano izquierda, todo lo cual produjo la fractura de las vértebras del cuello, lesiones que motivaron su muerte.
El magistrado ha subrayado que Raquel se encontró en una situación de indefensión y que David «tenía pleno conocimiento y voluntad de lo que hacía cuando estranguló a Raquel».
Tras matar a su compañera, permaneció en su domicilio, acudiendo posteriormente a la escalinata de la Jefatura Superior de Policía de Zaragoza, manifestando a un policía de guardia que «creía que había matado a Raquel», facilitando las llaves del piso y siendo introducido en la sede de la Jefatura.
El autor de los hechos reconoció a un policía de los que allí se encontraban que había matado a Raquel. Además, manifestó que había discutido con su mujer, luego que le había pegado, y finamente que le había matado.