El inicio del proceso contra José Enrique Abuín Gey, alias 'El Chicle', por el asesinato de Diana Quer, ha arrancado este martes en los juzgados de Santiago cargado de emotividad, de tensión y de recuerdo, el que los padres de la joven llevaron hasta Fontiñas para reivindicar la memoria de su hija frente a un acusado que ha declarado tranquilo, con abundantes explicaciones, y que se ha aferrado a la versión de la muerte accidental frente a lo que la fiscal ha calificado como una «película de terror».
Con dos semanas de retraso tras los incidentes en la conformación del jurado popular, finalmente integrado por cinco hombres y cuatro mujeres, el salón de bodas de los juzgados de Santiago acogía este martes la primera de las sesiones programadas dentro de este mediático juicio, por el que pasarán más de 50 testigos y 40 peritos para determinar si Enrique Abuín es culpable de los delitos de asesinato, agresión sexual y detención ilegal de los que le acusan Ministerio Público y acusación, y por los que piden la prisión permanente revisable.
Frente a ello, la defensa, que ejerce Fernanda Álvarez Pérez, del turno de oficio, se aferra a la versión de que la muerte de Diana Quer fue involuntaria y accidental, cuando el acusado creyó que lo había sorprendido robando gasóleo en los camiones de las fiestas de A Pobra y, tras cogerla por el cuello, le causó la muerte.
Esa ha sido la versión que ha mantenido, en su primera comparecencia frente al público, Enrique Abuín, que ha negado en varias ocasiones que pretendiese violar a la joven y ha asegurado que estaba ya muerta cuando la metió en el coche.
El Chicle ha declarado en actitud tranquila, solo un poco afónico al principio, y ha respondido a las preguntas de todas las partes durante más de una hora, con excepción de las que la acusación ha formulado en relación a la agresión en Boiro ocurrida en Navidad de 2017, por la que fue condenado y que, en su momento, desencadenó la resolución de la desaparición de Diana Quer.
En un juicio en el que, según su abogada, Abuín debe enfrentarse a una «condena social» y a un «linchamiento» público, el acusado ha sostenido que no llevó a Diana a la nave abandonada de Asados para abusar de ella y matarla allí, si no para deshacerse del cadáver de la joven, que ya estaba muerta, toda vez que inicialmente quiso tirarlo «a la ría», pero había gente en el muelle que podía haberlo visto.
El acusado ha denunciado presiones por parte de los agentes e irregularidades con su primer abogado, al tiempo que ha atribuido a los asuntos que tenía pendientes en materia de narcotráfico la reacción que, asegura, tuvo esa madrugada --y que ha calificado de un «error"-- y que acabó con la muerte de Diana.
Pero además de para escuchar las explicaciones de El Chicle, la primera jornada de este proceso ha servido para traer hasta la sala el recuerdo de Diana Quer, a quien su madre ha definido como «una niña bondadosa» y «un ángel».
También su padre, ya desde el exterior del edificio judicial, ha querido honrar la memoria de su hija, apelando a un «legado» que pasa por reivindicar el mantenimiento de la prisión permanente revisable.
Tanto Juan Carlos Quer como su exmujer, Diana López-Pinel, han declarado como testigos al final de la mañana, por lo que no han podido estar presentes durante la declaración del Chicle. En su intervención, ambos han descrito a la joven como una mujer «muy frágil», que no habría podido resistirse a un ataque de este tipo. «Como un cervatillo indefenso frente a este individuo», ha ejemplificado Juan Carlos.
A mayores, y visiblemente afectados, con el discurso entrecortado en el caso del padre y entre lágrimas la madre; han narrado los «devastadores» efectos que la muerte de Diana ha tenido en toda la familia, especialmente en su hermana Valeria, que tenía 16 años cuando desapareció. «No me morí de milagro, de pena», ha dicho Diana López Pinel, que ha añadido que no desea «a nadie» que pase por «el dolor» que ha tenido que experimentar su familia, «la peor situación que se le puede presentar a una madre».
Por su parte, Juan Carlos Quer ha indicado ante el jurado que este caso «ha dejado cuatro víctimas, no una». «Dejas de trabajar, dejas de vivir, vegetas, te asaltan todos los temores», ha dicho el padre de Diana, que ha calificado de «demoledores» los efectos, en particular, en Valeria. «Mi hija ha muerto de la peor manera que se puede imaginar y nosotros vivimos en vida el mayor dolor que se puede imaginar», ha sentenciado.
No obstante, durante esta primera jornada se han vivido también escenas de tensión, en especial las protagonizadas por Diana López-Pinel. Ya de inicio, esta tensión se ha hecho patente con su exmarido, con el que mantiene causas judiciales abiertas y con el que no ha querido coincidir en los pasillos del edificio judicial, por lo que ha abandonado el recinto durante un par de horas, mientras llegaba su turno de intervención. En los recesos se han mantenido, asimismo, alejados.
Una vez en la sala, como ya había hecho fuera ante los medios de comunicación, la madre de Diana ha querido dejar constancia de que llega al juicio por el asesinato de su hija «en blanco», dado que el letrado de la acusación, que representa también a Juan Carlos Quer, «no ha entregado ninguna documentación», una reclamación que ha sido cortada por el presidente del tribunal, Ángel Pantín.
Asimismo, durante su declaración, Diana López-Pinel ha mirado en varias ocasiones al Chicle, que ha seguido la intervención con la cabeza baja e inexpresivo, y ha llegado a interpelarlo a la hora de indicar que su hija era «muy frágil». «Eso lo sabrá el asesino, ¿verdad, chiquilín?», ha soltado. Finalmente, tras concluir la sesión, y cuando abandonaba la sala, la mujer ha tratado de acercarse al autor confeso de la muerte de su hija, una interacción que han impedido varias personas presentes.
El juicio ha comenzado con la lectura de los escritos de acusación y defensa, a los que ha seguido una intervención de las partes para realizar sus alegatos iniciales frente al jurado popular, que se ha estrenado en su labor.
Durante esta primera intervención, Ministerio Público y acusación particular han incidido en su relato de los hechos, que pasa por el secuestro, violación y asesinato de Diana en una nave abandonada de Asados, mientras que la defensa ha asegurado que no existen «pruebas» de ello y ha apelado a las «garantías» procesales.
Así, la fiscal ha hecho ante los presentes el relato de lo que, según su opinión, ocurrió aquel 22 de agosto y que ha calificado como «un escenario propio de una película de terror», mientras que la acusación ha visto un «hecho irrefutable» el que se trata de «un crimen sexual», pieza clave para que Enrique Abuín pueda ser condenado a prisión permanente revisable.
Por su parte, la abogada del Chicle ha pedido al jurado que tome sus decisiones «en virtud de las pruebas» y de forma «racional», para «extremar las garantías constitucionales», algo que «no se ha hecho» en este caso por ser «extremadamente mediático». «Se ha sembrado una percepción social de que El Chicle es un depredador sexual», ha dicho la letrada, que ha negado este extremo. «El Chicle no acechó a Diana Quer, no metió viva en su vehículo a Diana Quer, no asesinó a Diana Quer en la nave de Asados... y prueba de ello es que no hay pruebas objetivas», ha dicho la letrada.