El hombre detenido el miércoles tras golpear con un martillo a su exmujer en su domicilio de Campos se ha negado a declarar ante los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil. Juan Prats, de 50 años y nacionalidad cubana, regresó este jueves a la planta baja en la que atacó a Benita Buñola, de 44. El agresor, vestido con un polo azul, pantalones pesqueros grises y náuticos, entró en su vivienda, en el número 30 de la calle Escorial, sobre las 11.55 horas, custodiado por dos agentes de la Guardia Civil.
Este viernes, ha pasado a disposición judicial.
Estuvo solo 15 minutos en el interior de la casa, de Protección Oficial. Los agentes reconstruyeron la agresión con Juan Prats en el interior y se marcharon del edificio. Dos guardias civiles de la Policía Judicial intervinieron una serie de efectos que guardaron en una bolsa y la introdujeron en el maletero de un Ford Focus de color negro.
El detenido instaló varias cámaras en su casa después de que en el pasado tuviera algunos problemas en el ámbito familiar. Hace un tiempo que desde un centro docente se informó a la pareja que un familiar presentaba un comportamiento extraño, del que se podría deducir que había sido víctima de algún tipo de abuso. Benita no dio mucho crédito a esta historia y el caso se archivó. La relación entre Juan Prats y Benita Buñola, según fuentes de la investigación, no era mala, tampoco idílica, pero el hombre tenía cambios drásticos de humor y arrebatos. Nada hacía presagiar lo que ocurrió el miércoles hacia la una del mediodía. Nadie se imaginaba que Juan Prats fuera capaz de coger un martillo y golpear a Benita Buñola.
El agresor, a los pocos minutos, se presentó en la Policía Local de Campos y confesó que había golpeado a su expareja. «He pegado a mi mujer, llamad a una ambulancia porque está muy mal». El hombre la daba por muerta. Una ambulancia se desplazó hasta la calle Escorial, a las afueras del pueblo, y los sanitarios encontraron a la víctima tendida en el suelo junto a un gran charco de sangre. Los facultativos intentaron estabilizar a la mujer durante cuatro horas y la trasladaron con urgencia a Son Espases en estado crítico.
La Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor se hizo cargo de la investigación. Los agentes descubrieron que había abundantes manchas de sangre en varias estancias del domicilio, lo que indica que fue atacada en diversos lugares y que intentó huir del agresor.
Nadie escuchó nada. Ni un ruido. Ni un grito. El hijo del detenido no estaba en la casa. Una vecina que vive en el primer piso explicó este jueves desde su balcón que no oyó nada. «Ya se lo dije a la Guardia Civil», aclaró. Benita Buñola tiene dos hijos menores de edad y hacía dos meses, aproximadamente, que se había separado de su esposo. El agresor, asistido por el abogado Joan Capó, será conducido ante el juez en las próximas horas.
En estado crítico
Benita Buñola continúa ingresada en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Son Espases de Palma. Las heridas que sufrió la mujer fueron de extrema gravedad. Los equipos sanitarios tardaron cerca de cuatro horas en conseguir estabilizarla después de que perdiera masa encefálica y una gran cantidad de sangre. Las importantes lesiones cerebrales dificultaron las labores de los facultativos. El Ajuntament de Campos publicó un comunicado en su cuenta de Facebook en el que condenaba la agresión. «Estamos con el entorno de la víctima, con sus familiares, mostrándoles todo el apoyo del pueblo de Campos y deseando, lo más rápido posible, la recuperación de la víctima, que sigue en estado grave».