Cada noche la calle más alocada de España levanta el telón presentando al numeroso público asistente una amplia representación de sus grandes clásicos: peleas, borracheras antológicas, desfase, prostitución, bandas organizadas de descuideros y vendedores de droga.
Hay cosas que nunca cambian. Y Punta Ballena es una de ellas. A pesar de la caída de cerca de un 30 por ciento del turismo en la zona, según apuntan los empresarios, en las madrugadas de verano se contabilizan algo más de 50 robos por día. Los turistas, en su mayoría británicos bajo los efectos del alcohol o drogas, se convierten en blancos muy fáciles para las bandas de ladrones que operan en el lugar. La Guardia Civil (15 efectivos) y la Policía Local de Calvià (12 agentes) realizan una gran labor en la zona. De hecho, los comerciantes destacan públicamente el gran aumento de efectivos destinados al principal destino turístico de Calvià.
La calle, a las once de la noche, empieza a estar abarrotada, pero todavía sin llegar a las más de 12.000 almas que se concentran una vez que el reloj marca las dos de la madrugada. Muchas de ellas, convertidas en auténticos zombis. Los servicios sanitarios alertan de la presencia de dos chicas -de unos 20 años- que habían ingerido algún tipo de droga de diseño que les produjeron espasmos y pérdida del control teniendo que ser asistidas también por la Benemérita. Especial atención merece una banda de menores marroquíes que están tras una oleada de robos.