Ha sido un milagro que el incidente del autobús de Portals, en el que los pasajeros vaciaron un extintor y reventaron los cristales, no acabara con ninguna víctima mortal o con un importante número de heridos. «Un autobús lleno con 116 personas a bordo –de 15 a 20 años– inmerso en una humareda provocada por el contenido tóxico del extintor y con los pasajeros aterrados, rompiendo cristales y saltando por las ventanas, es un panorama desolador». Así de claro y rotundo se muestras Juan Rodríguez, portavoz del SATI (Sindicat Autónom Transports de les Illes Balears). «El conductor del autobús es asociado nuestro y se muestra muy preocupado por lo sucedido. Repito, es un milagro que no pasara nada más grave».
El bus de la línea 104 ya salió lleno de chicos muy desfasados de alcohol y otras sustancias desde la Estación Intermodal. El conductor está totalmente vendido. Llevamos muchos años solicitando al Govern balear y a la empresa concesionaria contar con personal de seguridad en los trayectos más conflictivos», apunta Rodríguez.
Según los sindicatos, tanto de seguridad privada como el de transportes, sostienen que el Govern balear hace caso omiso a sus peticiones. «Se trata de un tema muy grave de seguridad que afecta a pasajeros y trabajadores. No es normal que los conductores tengan que enfrentarse solos a manadas de jóvenes borrachos que los insultan, escupen y amenazan. ¿Hasta cuándo tendremos que aguantar esta situación», concluye Rodríguez.