La Audiencia Provincial de Almería ha impuesto la pena de prisión permanente revisable a un joven acusado de violar y degollar en Huércal de Almería a su excompañera sentimental, Antonia G.A., que tenía 33 años cuando se produjeron los hechos el 15 de enero de 2017.
La sentencia señala que entre las 06.35 y las 07.15 horas de ese día el acusado entró en el domicilio de la víctima mientras esta dormía se abalanzó sobre ella y la violó. Para ello, utilizó un cuchillo de borde aserrado con el que le dio más de cien golpes en distintas zonas del cuerpo, como en los brazos, antebrazos y en la cabeza, e incluso llegó a mutilarle la lengua.
Tras causar un «prolongado sufrimiento» a la víctima y con la intención de causar su muerte, aprovechando que estaba muy debilitada para poder resistir la agresión, le realizó varios cortes en el cuello, uno de ellos muy profundo y, una vez fallecida, mutiló sus genitales.
Después, arrastró el cuerpo de la mujer hasta un baño de la vivienda donde lo limpió con la intención de ocultar los hechos que había causado. El teléfono de la víctima y el cuchillo con el que la mato fueron enterrados en un descampado próximo a la vivienda.
El fallo resalta que no ha resultado acreditado que de forma previa el acusado hubiese ingerido una gran cantidad alcohol, ni que sufriera un retraso mental que afectara a sus facultades de inteligencia y voluntad.
Por estos hechos, ha sido condenado a 15 años de prisión por un delito de agresión sexual, por el que se le impone además la medida de libertad vigilada durante diez años.
Asimismo, ha sido condenado a prisión permanente revisable por un delito de asesinato en el que concurre la agravante de parentesco y a indemnizar con 150.000 euros a cada uno de los padres de la víctima, y con 80.000 euros a cada uno de sus tres hermanos.
El pasado enero el Supremo se pronunció por primera vez sobre la prisión permanente revisable al revocar una sentencia que condenaba con esa pena a un hombre acusado de asesinato al detectar un error en la forma en la que había sido aplicada.
Al margen de ese caso, que afectaba a un hombre que mató a golpes al abuelo de su exnovia en Tenerife, la prisión permanente se ha aplicado en cuatro procedimientos más, todos ellos relacionados con asesinatos a menores.
Los condenados son David Oubel, «el parricida de Moraña» (Pontevedra), por asesinar a sus dos hijas; un hombre que tiró por la ventana a una bebé de 17 meses en Vitoria; otro que mató en Oza-Cesuras (A Coruña) a su hijo de 11 años; y el cuarto es Patrick Nogueira por asesinar a sus tíos y sus primos en Pioz (Guadalajara).
La prisión permanente revisable fue incluida en el Código Penal en 2015 solo con apoyo del PP, y la oposición parlamentaria la llevó al Tribunal Constitucional, que sigue sin pronunciarse.
Tanto populares como Ciudadanos defienden esta pena y proponen ampliar su aplicación a nuevos tipos delictivos.