Los dos policías locales de Palma que protagonizaron una persecución de película a un conductor ebrio que hacía caso omiso a sus requerimientos para que se detuviera relataron este miércoles en el juicio cómo vivieron aquellos minutos de tensión. Ambos sufrieron lesiones y están personados como acusación.
«No he visto nunca un desprecio por la vida como el de este señor», relató uno de los agentes mirando al procesado, que se enfrenta a una condena de siete años y ocho meses de prisión. Está acusado de conducción temeraria, atentado y dos delitos de lesiones por unos hechos que tuvieron lugar de madrugada en s'Arenal en septiembre de 2016.
El acusado, un varón de 53 años, se negó a contestar a las preguntas de la fiscalía y de la acusación particular y su abogado no le realizó ninguna. En la analítica de sangre que le realizaron horas después del suceso arrojó un nivel de alcohol en sangre de 1,86mg/l, casi cuatro veces más del máximo permitido.
Un agente de la Policía Local de Palma explicó cómo el conductor se negaba a detener su vehículo. «En un par de ocasiones nos pusimos a su altura para decirle que parara y la respuesta fue embestirnos con su Mercedes», subrayó. El mismo funcionario comentó que el acusado «circulaba a 80 o 90 km/h en casco urbano» en los inicios de la persecución.
Una vez el sospechoso logró salir de la zona residencial y dirigirse a la carretera que va de Llucmajor a sa Ràpita, impactó de nuevo intencionadamente con el coche patrulla y chocó con un vehículo que se encontraba en el arcén al ver de lejos la escena. «Pensé que nos matábamos. Este señor jugó con mi vida», explicó el otro agente . El conductor contra el que colisionó también describió cómo vivió la escena. «Me detuve en el arcén al ver las señales luminosas del coche de la policía, intuía que algo pasaba. Poco después un coche impactó contra el mío. El airbag me salvó», dijo. La acusación, ejercida por David Salvá y Jacobo Planas, pide para el acusado 14 años de cárcel. La Fiscalía, siete años y ocho meses.
El juicio se retomará en abril por la ausencia de una testigo, la mujer que iba de copiloto del acusado.