Los Ángeles del Infierno y sus presuntos aliados afrontan 298 años y medio de cárcel por formar parte de una trama de prostitución, drogas y blanqueo de capitales en Mallorca. La banda se instaló en la Isla en noviembre de 2009. Los hermanos Youssafi, junto a otros acusados, abrieron una delegación que dirigía Frank Hanebuth, según la Fiscalía. El líder se refugió de las autoridades alemanas en la finca Son Paraíso de Lloret de Vistalegre, valorada en 2,5 millones de euros.
Los Youssafi mantuvieron las actividades de la banda en Platja de Palma a través de varios burdeles que servían como fuentes de financiación de la red. El Ministerio Público recoge en su escrito que tenían a diversas mujeres «bajo su control». Los hermanos se encargaban de mantener, gestionar y pagar los alquileres de diferentes viviendas donde las prostitutas se alojaban e incluso les pagaban operaciones de cirugía estética. Tres víctimas denunciaron que les trajeron a Palma desde Italia tras ofrecerles trabajo como azafatas de promociones a través de Internet.
Pauk Engelke es otro de los hombres importantes de la organización para la acusación pública, que lo describe como el lugarteniente de Hanebuth. Ambos realizaron inversiones en Mallorca y Costa Rica tal y como se desprende de conversaciones telefónicas intervenidas. Engelke tenía un guardaespaldas procesado por amenazar y coaccionar a terceras personas para defender los negocios de la banda.
Murat Komac, en prisión por esta causa, suministraba pequeñas cantidades de droga a los jefes de Los Ángeles del Infierno. El fiscal sostiene que, junto a otros acusados, participó en la adquisición de dos prostíbulos en Mallorca. «El objetivo perseguido por Komac y el resto de investigados es lucrarse con el trabajo que unas 30 mujeres realizan como prostitutas en estos locales». Otro sospechoso, Luis Francisco del Rosario Ortiz, trabajaba como portero en un club de alterne de s'Arenal. La Fiscalía indica que captaba a chicas y se las proporcionaba a Khalil Youssafi. Iba a recogerlas al aeropuerto y las llevaba a los pisos alquilados por los dos hermanos.
La acusación pública también señala que el sargento de la Guardia Civil Francisco José Valenzuela colaboró con la organización criminal para intentar introducir en Mallorca 300 millones de euros escondidos en unos palets en Turquía. El policía local Nicanor Góngora, según el fiscal, realizó por cuenta ajena trabajos relacionados con labores policiales por los que cobraba dinero. Góngora se reunió con Khalil Youssafi y Hanebuth en Alemania donde supuestamente les ofreció «acceso directo y diario a una gran cantidad de información de interés policial sobre personas, objetos e investigaciones que se encuentran en las diferentes bases de datos policiales».
La causa de los Ángeles del Infierno fue la génesis del ‘caso Cursach'. A partir de ahí se empezó a investigar a policías locales por sus presuntas actividades ilegales. Hasta 46 personas serán juzgadas en la Audiencia Nacional (Madrid).