Santiago Suárez, exjefe de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa desplazado a Totalán con motivo de las labores que se están realizando para restacar al pequeño Julen, ha explicado que el equipo de ocho efectivos que se encargarán de realizar los últimos metros del túnel horizontal tendrán que trabajar de rodillas o tumbados en turnos de entre cuarenta minutos a una hora hasta localizar al pequeño.
Una vez acabado el pozo vertical paralelo al que cayó el niño el pasado domingo, los mineros bajarán en una jaula o ascensor, desde donde «trabajarán a distancia del suelo con el fin de dejarlo como caldera para que se lleve el escombro que van produciendo». Cuando la galería alcance 1 o 2 metros, desplazarán la jaula hacia arriba.
En ese momento empezarán a abrir el acceso horizontal y lo harán picando con martillo neumático de aire comprimido y con «una pala echando el material hacia atrás», ha explicado Suárez. A medida que los mineros avancen, sostendrán el techo y los laterales mediante el sistema de posteo típico de la minería de carbón.
«Se va colocando una pieza en el techo de la galería y luego apuntalando con madera», ha explicado. En el caso de que encuentren roca muy dura, tendrán que ir a «microvoladuras» llevadas a cabo con explosivos no rompedores.
El exjefe de los mineros de Hunosa no ha precisado el tiempo que tardarán en realizar este acceso dadas las dificultades del terreno debido a la complicación del trabajo y a la dureza del terreno. Los mineros irán equipados con mascarillas y detectores de oxígeno y se comunicarán con el resto de técnicos encargados del operativo vía telefónica.
Suárez ha dicho que si no aciertan con la altura a la que se supone que está el niño, tendrán que picar hacia arriba y a partir de ahí agrandar el pozo. «Los espacios confinados para esta gente no van a suponer ningún tipo de problema», ha concluido Suárez.