En marzo de 2015, el oficial Pep Alzina y el comisario Rafel Estarellas, de la Policía Local de Palma, realizaron un informe interno en el que ya advertían de la situación «caótica» y de «falta de seguridad» de las instalaciones ubicadas en la barriada de Son Gotleu. En el mismo, señalaban los puntos de mayor conflictividad, entre los que se encontraba la falta de cámaras y servidores.
La investigación policial descarta que el autor del incendio de la comisaría de Son Gotleu sean los pirómanos que han quemado más de 200 contenedores en lo que llevamos de año en Palma. Fuentes próximas al caso a las que ha tenido acceso Ultima Hora señalan que el incendiario sabía perfectamente que el aparcamiento policial de la comisaría de distrito carecía de alarma, que el sistema de cámaras de vigilancia llevaba meses sin funcionar y que las instalaciones no disponen de vigilancia presencial.
Los responsables de la investigación son plenamente conscientes de que el autor material del ataque a las dependencias de la Policía Local es una persona conocedora de las graves deficiencias de seguridad con las que cuenta la citada comisaría. Paralelamente, el Grupo de Atracos del Cuerpo Nacional de Policía también investiga posibles coincidencias con el incendio intencionado registrado en una nave del Consell de Mallorca donde quemaron dos vehículos. De hecho, en esa ocasión, una cámara de grabación del recinto de la institución insular consiguió captar la escena en la que un hombre encapuchado prendió fuego a los camiones. También se analizarán unas presuntas amenazas que recibieron varios agentes por parte de gitanos de Son Banya.
Por otra parte, el presidente de Actúa-Vox, Jorge Campos, «considera gravísimo el ataque a las dependencias policiales. La comisaría se encuentra cerrada por las noches en un barrio como Son Gotleu, donde la falta de seguridad y la delincuencia es cada vez mayor. Hemos confirmado que los dispositivos de seguridad del cuartel de San Fernando tampoco funcionan. El arco de seguridad de la entrada está inhabilitado, de hecho no se usa, y a la cabina de protección de la entrada le falta la puerta del lazo izquierdo. Esta falta de medidas que padecen los agentes es gravísima, al encontrarnos, además, en el nivel 4 de alerta antiterrorista», concluyen.