Cada fin de semana, unos 300 menores de edades comprendidas entre 16 y 17 años, salen de la Estación Intermodal con la línea 104 rumba a Magaluf (Calvià). A la mañana siguiente, en torno a las 7,20 horas, realizan el mismo trayecto de vuelta. Los jóvenes, borrachos y bajo los efectos de sustancias estupefacientes se pelean entre ellos y provocan graves altercados. El pasado sábado, Sebastián Oliver, uno de los vigilantes del recinto de la Intermodal, fue agredido.
Oliver, relató en el programa Ley y Orden de este martes, los graves problemas de seguridad que presenta la estación. También denunció que, a diario, se tienen que enfrentar a una media de 30 a 40 carteristas que 'trabajan' en la estación.
«Por la Intermodal pasan miles de personas cada día. Es un objetivo muy fácil para los carteristas, pero no es el único problema con los que nos encontramos. Los baños de la Estación, tanto de tren como de autobuses, es un punto de encuentro para practicar sexo. El personal de seguridad tiene que estar en permanente vigilancia para evitar que algunos chaperos practiquen sexo con menores o la venta de droga», concluye Oliver.
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