La Fiscalía ha aumentado las peticiones de pena que planteaba inicialmente contra dos de los policías locales de Palma acusados de vejar a una compañera, Sonia Vivas, por su condición de lesbiana y ha reducido la solicitud de condena contra el tercer encausado, superior de los otros imputados y de la víctima.
La acusación pública ha solicitado 12 años y 3 meses de cárcel para uno de los policías, al que originalmente se pedían 10 años y 9 meses, y 8 años y 8 meses de reclusión para otro que inicialmente se enfrentaba a 6 años y medio.
La Fiscalía atribuye al primero delitos contra la integridad moral, lesiones, falso testimonio, intento de presentación de testigos falsos y contra la administración de justicia, y acusa al segundo de los mismos ilícitos penales a excepción del de presentación de testigos falsos.
El tercer encausado en el juicio que culmina este viernes en la Audiencia de Palma, que era superior de los dos presuntos acosadores y de la denunciante, ha visto rebajada en un año la solicitud inicial de pena y se enfrenta a una posible condena de 3 años y 6 meses por los delitos de omisión ante atentado continuado contra la integridad moral y lesiones.
La acusación particular se ha adherido a las peticiones de condena del ministerio fiscal a excepción de la solicitud de indemnización, que la acusación pública ha situado en 15.000 euros y la letrada que representa a la policía presuntamente vejada ha elevado hasta los 20.000 euros.
Las defensas de los acusados han alegado la prescripción de los delitos contra la integridad moral, que datarían de 2008, y han negado el conjunto de acusaciones y solicitado la libre absolución de los tres policías.
En la última sesión de la vista, celebrada desde el pasado lunes ante la sección segunda de la Audiencia de Palma, han declarado un psiquiatra y una psicóloga propuestos por la acusación que han ratificado que la agente que atribuye a sus compañeros insultos y menosprecios continuados por ser lesbiana sufre un trastorno de ansiedad que le ha generado bulimia purgativa.
Una forense que realizó el informe sobre la policía presuntamente acosada ha asegurado que «la sintomatología» que presentaba «es compatible con una situación de humillación continua».
No obstante, ha matizado que no puede precisar en qué medida la presión en el entorno laboral se pudo ver agravada por circunstancias familiares y sentimentales que coincidieron en el tiempo con los problemas en el seno de la Policía.
La denunciante aseguró cuando declaró ante el tribunal que sus dos compañeros encausados la trababan «como a una basura», con insultos y alusiones constantes a su orientación sexual, y describió también que cuando se dirigió a su superior par pedirle un cambio de unidad la llamó «bollera de mierda».
Los tres acusados, que solo respondieron a las preguntas de las defensas, negaron todas las imputaciones.
El juicio cerrado este viernes culmina una causa desgajada del llamado caso Policía Local sobre una presunta trama corrupta en dicho cuerpo de seguridad.