La familia de David Castillo, un paciente psiquiátrico de 29 años que falleció tras caer por un talud de unos 20 metros de altura tras huir de la ambulancia que lo trasladaba al Hospital de Torrecárdenas de Almería, ha denunciado este caso por posible imprudencia con resultado de muerte.
El Juzgado de Instrucción número 5 de Almería ha archivado de forma provisional una denuncia de la madre del paciente, María Hernández, en un auto que fue recurrido ante este juzgado y subsidiariamente ante la Audiencia Provincial de Almería por los letrados Javier de la Peña y Álvaro Hidalgo, del bufete Lex Abogacía.
En dicho recurso, al que ha tenido acceso Efe, los abogados exponen que no se ha valorado por parte del juez el informe pericial aportado y los informes de asistencia y traslado del paciente y además que no se han practicado las diligencias de prueba necesarias, entre ellas las declaraciones del personal implicado (médico, enfermera, conductor).
Asimismo, entre las diligencias solicitadas por los letrados se encuentran varias con las que el fiscal mostró su conformidad, como son las testificales de unos agentes que acudieron a la casa del paciente, el testimonio de la madre del fallecido y requerir la historia médica con los antecedentes de dicho paciente.
Según los atestados de la Guardia Civil, consultados por Efe, sobre las 22.00 horas del 26 de septiembre de 2017 una patrulla acudió al centro de salud Fiñana (Almería) para atender a un paciente psiquiátrico, que dijo a los agentes que no había tomado su medicación y quería un cambio de ésta ya que no notaba «mejoría».
También llegó al lugar una ambulancia cuyo personal, tras ser informados por la madre del paciente de que éste podía haber tenido un intento de suicidio ese mismo día al haber sido encontrado en una nave con una cuerda, y referir éste que «se encontraba mal y que su cabeza no estaba bien», decidió trasladarlo al Hospital de Torrecárdenas para que fuese valorado por psiquiatría de guardia.
Aunque los agentes se ofrecieron a apoyar el traslado en dos ocasiones, los sanitarios rechazaron tal posibilidad.
Durante el desplazamiento, el paciente se mostró «desconfiado, hacía preguntas sin sentido, creía que el personal sanitario le estaba grabando con un móvil, se quitó el cinturón y pidió que parasen la ambulancia para fumar».
Al llegar a urgencias del Hospital, huyó a la carrera tras abrir la puerta de la ambulancia y transitó por los alrededores de Torrecárdenas, donde hay varias sendas en desuso hasta llegar a un talud de 20 metros de altura junto al polígono de San Rafael de Huércal de Almería.
El paciente se precipitó por este talud ya que varios tramos de una valla estaban caídos y no había iluminación artificial en la zona.
El forense fijó que el joven murió por un traumatismo craneoencefálico por precipitación a las 5:30 horas del 27 de septiembre y su cuerpo fue encontrado un par de horas después en un callejón.
Aunque el juez requirió las grabaciones de las cámaras de seguridad, el centro respondió que ya habían sido borradas.
La familia considera que se actuó sin tener en cuenta ningún protocolo sanitario, apoyo policial, medidas de seguridad o medidas para estabilizarlo ni fue recibido por el personal sanitario pese a tener un brote psicótico con ideas delirantes y persecutorias.
Un informe pericial de un psiquiatra afirma que tanto en la atención médica recibida, como en el traslado hospitalario posterior se detecta una «actuación negligente», produciéndose «una importante negligencia en la seguridad de un paciente con un grave trastorno mental pues no se previno la posibilidad de fuga que es una eventualidad no rara en el campo de la enfermedad mental aguda».