La DGT estrenará en el dispositivo especial de Tráfico de esta Semana Santa, que arranca este viernes 23 de marzo a las 15.00 horas, un total de 291 patrullas en motocicleta que estarán dotadas de detectores portátiles de alcohol, de drogas y velocidad.
Así lo ha anunciado este martes el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que ha presentado este modelo «pionero en Europa», que permitirá a los agentes encargados de la vigilancia y control del tráfico, poder actuar específicamente en algunos de los factores que más inciden en la siniestralidad, especialmente, en vías convencionales, donde tal y como ha recordado el ministro, se producen 8 de cada 10 accidentes.
En total se trata de 1.000 etilómetros con los que se podrán realizar pruebas completas de alcohol (un primer y un segundo test), 694 lectores de droga portátiles y 60 cinemómetros láser ('mini-radadres'), también portátiles, que podrán estar ubicados en trípodes, en vehículos o en biondas en cualquier tipo de vía. La inversión realizada en la compra de todo este material ha sido de 13,7 millones de euros.
El objetivo de estas patrullas integrales es incrementar las medidas relacionadas con la vigilancia, la regulación y el control del tráfico para así actuar en tres de los factores que más inciden en la accidentalidad, como son el alcohol, las drogas y la velocidad, ya que estas nuevas patrullas, que se sumarán a las 1.861 motocicletas ya existentes, es facilitar una «actuación rápida y eficaz» con el fin de ofrecer una «mayor versatilidad y operabilidad».
Según ha dicho el ministro, todos estos dispositivos permitirán realizar controles «de manera autónoma» y sin necesidad de apoyo de los Equipos de Atestados ni de los Equipos de control de velocidad. Por ejemplo, los nuevos cinemómetros pueden ser operados de forma remota, permitiendo así detectar los vehículos que excedan la velocidad, y dará a los agentes la capacidad para poder parar al conductor que haya cometido la infracción.
En este sentido, otro de los objetivos de las patrullas integrales es «evitar cualquier tipo de picaresca», ya que si un conductor comete una infracción, se le puede detener de inmediato, lo que también evitará la comunicación entre los conductores de la ubicación de los controles. Al detenerle, se le podrá notificar la sanción en el momento, también evitando así que quien haya cometido la infracción identifique a otra persona para no perder los puntos del carné.
«No existe en ningún país del entorno de la Unión Europea, hemos sido los primeros y como tantas cosas empezarán a llamar de uno u otro país para ver cómo lo hemos hecho», ha afirmado Zoido sobre este nuevo concepto de vigilancia.