La Audiencia de Barcelona ha juzgado este martes a un extrabajador de la Associació Benestar i Desenvolupament, dependiente del Ayuntamiento de Barcelona, por violar a una anciana de 86 años mientras estaba en su casa cuidando al marido, que padecía patologías y dificultades de movilidad.
En el juicio, el acusado Nelson T.R. ha negado haber violado a la mujer y haber tenido nunca un problema con ella o su marido, y, preguntado sobre el motivo de las acusaciones de la víctima, ha dicho: «Yo también quiero encontrar la respuesta a todo esto. Quiero encontrar una respuesta a por qué me hace todo esto».
En la sesión en la Sección Séptima de la Audiencia se ha escuchado la grabación del testimonio de la víctima --que hizo en instrucción como prueba preconstituida--, puesto que no ha comparecido en el juicio debido a su edad y a que tenía un brazo roto.
La mujer ha asegurado que el cuidador la violó en su habitación la mañana de 30 de junio de 2015, tirándola a la cama tras proponerle hacer un masaje, y que ella no gritó para que su marido no se disgustara.
Ha asegurado que no lo denunció hasta el 2 de julio porque sentía vergüenza, ha negado haber tenido problemas previos con él pese a que llevaba ya unos días cuidando al marido, y ha afirmado: «Este ya ha hecho demasiado mal. Yo no he hecho ningún mal. Es él».
Tanto la trabajadora de la limpieza a quien la víctima relató los hechos como la hija de la anciana han negado a preguntas del fiscal que la mujer pudiera fabular y han asegurado que en todo momento han creído «totalmente» su acusación.
La coordinadora de la empresa, responsable de Nelson T.R., ha explicado que fue la auxiliar de la limpieza de la anciana quien les informó de la violación, que automáticamente se les cambió el cuidador y que el 9 de julio, tras haberle suspendido, se le despidió por motivos disciplinarios.
También ha relatado que el hombre llevaba unos cinco años trabajando para la Associació y que había recibido otras quejas previas por motivos de índole sexual: se le sancionaba con suspensión de empleo y sueldo temporal pero seguía en la empresa.
Un Mosso d'Esquadra que investigó al acusado ha detallado en el juicio que se entrevistó con las personas que antes lo habían tenido de cuidador, y la mayoría habían muerto o ya no estaban en condiciones de decir si habían sufrido algún abuso, y solo pudo constatar otro incidente con un matrimonio que tuvo una queja por motivos sexuales en 2012.
Los psicólogos que evaluaron al procesado han comparecido para explicar su informe pericial y han confirmado que no padece ninguna psicopatología ni filias o fobias de carácter sexual.
La Fiscalía pide una pena de 15 años de prisión por un delito de violación con el agravante de abuso de confianza, y la prohibición de aproximarse a la víctima a menos de un kilómetro durante otros diez años después de la pena, así como libertad vigilada este mismo periodo.
El Ministerio Fiscal reclama asimismo que el acusado, la Associació Benestar i Desenvolupament y el Ayuntamiento -como responsables civiles subsidiarios- indemnicen a la víctima con 12.000 euros por daños morales.