Desde hace un mes un vecino de Es Capdellà, en Calvià, sufre acoso por un grupo de jóvenes que se dedican a iluminar su casa con punteros láser por la noche, lo que le impide descansar con normalidad. Damià Tugores, funcionario de profesión, ha denunciado el caso a la Policía Local y la Guardia Civil.
El denunciante vive junto al aparcamiento del pueblo, en un dúplex, y por las noches su casa queda iluminada como una discoteca. Aunque él no está para muchas fiestas: «Lo tienen perfectamente montado. Son grupos pequeños de chicos, que se colocan en lugares estratégicos, a unos 50 ó 60 metros de mi casa y empiezan a apuntarme con los punteros láser, que están prohibidos porque son peligrosos».
La pandilla se suele reunir los fines de semana junto a su vivienda, pero en los días laborables también le acosan con las ráfagas de luz.
Para Damià, no se trata de una simple broma, sino de un caso de acoso en toda regla: «Traen espejos y papel de aluminio para dirigir las ráfagas de luz, no es una mera gamberrada. Para ellos, me he convertido en su juguete, su diversión es martirizarme con los punteros». Damià teme que al ser apuntado continuamente de noche con esos dispositivos luminosos, pueda tener problemas de visión.