«Es imposible. En el rugby no se causan arañazos. Hay fracturas, moratones y golpes. Las lesiones que sufrí no fueron por jugar a rugby, sino por el arañazo de mi exmujer». Un vigilante de seguridad y jugador de rugby relató este miércoles en un juicio que su expareja le agredió el 6 de noviembre de 2016 en Llucmajor. La mujer, para quien la Fiscalía pide seis meses de cárcel por violencia doméstica, negó que le golpeara y arañara.
La acusada contó que mantuvo una fuerte discusión con su exmarido porque le entregó a su hijo tarde y no le pagaba la manutención. «En ningún momento le pegué», dijo la mujer, que solo contestó a las preguntas de su abogado, Pedro Casado. En el turno de la última palabra insistió en que tiene mala relación con su antigua pareja y que no le agredió.
El perjudicado explicó durante el juicio que dejó a su hijo en casa de la denunciada. «Llevaba a tres niños en el coche porque veníamos de celebrar el cumpleaños de mi hijo. Su madre me increpó porque que no la había invitado. Me agredió, me arañó y me rompió la camiseta», indicó el hombre, que no reclama indemnización por las supuestas heridas sufridas.
El afectado denunció lo ocurrido ante la Policía Local de Palma. Le derivaron a un PAC para que le hicieran un parte médico de lesiones. El abogado defensor le preguntó si podría haber sufrido el arañazo jugando a rugby. El hombre lo negó. El letrado de la defensa reclama la absolución al considerar que no queda acreditado que la mujer causara las heridas. El abogado del denunciado pide un año de prisión para la acusada.