La séptima sesión del juicio a cinco jóvenes acusados de violar a una chica madrileña en los Sanfermines de 2016, que continúa a puerta cerrada, ha dedicado cinco horas a los vídeos que grabaron los cinco imputados, que se hacen llamar «la Manada».
La Sala Segunda de la Audiencia de Navarra juzga desde el pasado día 13 en el Palacio de Justicia los cinco jóvenes andaluces de la violación, hechos que tuvieron lugar en la madrugada del 7 de julio de 2016 en el centro de Pamplona.
Este martes por la mañana han declarado en primer lugar los policías forales que estudiaron las imágenes disponibles, que se han ratificado en que la chica no tuvo participación voluntaria en las relaciones sexuales.
Los agentes elaboraron su informe con los vídeos que los propios acusados grabaron de los hechos, material que se ha visto en la sala por primera vez ya que el tribunal autorizó su visionado el día que testificó la denunciante, el pasado martes, pero ninguna parte lo solicitó.
A partir de estas imágenes, los agentes de la policía autonómica sostienen que la denunciante permaneció con «los ojos cerrados» y mantuvo una actitud «pasiva o neutra», una conclusión que no comparte el experto en lenguaje no verbal que, por encargo de una de las defensas, elaboró otro informe.
Sí que la tesis de los policías es compatible con el relato de la joven, que ha explicado que no opuso resistencia dada la superioridad numérica y física de los procesados, situación que le hizo entrar en shock y desear únicamente que todo terminara lo antes posible.
La séptima sesión del juicio ha servido para analizar con las partes el contenido de todo el material, siete vídeos en total con una duración global de 96 segundos, además de dos fotografías.
Después de tres horas de testimonio de los agentes, en las que se han visto uno a uno seis vídeos, el tribunal ha decidido hacer un receso para continuar minutos después de nuevo con ellos hasta finalizar el visionado.
Cerca ya de las 14.00 horas ha comenzado el turno de lo peritos de la defensa, uno de ellos un experto en lenguaje no verbal, que se ha prolongado hasta cerca de las 15.30.
Para los abogados de la denunciante, se trata de unas imágenes «repugnantes», ha dicho el letrado Carlos Bacaicoa, pero han servido para que los policías se hayan ratificado en su conclusión de que no hubo participación voluntaria por parte de la chica, ha precisado Miguel Ángel Morán, letrado también de la joven.
Por su parte, el letrado Agustín Martínez Becerra, que defiende a tres de los cinco imputados, ha indicado que los peritos de la defensa aprecian en las imágenes una relación consentida.
Ha asegurado asimismo que «cabe poca interpretación de las imágenes» y que, además, en su declaración los policías forales han hecho «algunas matizaciones», aunque no ha preciado cuáles.
Esta mañana estaban citados también los peritos psicólogos del juzgado y de las defensas, pero dada la duración de las anteriores declaraciones su testimonio se ha aplazado para esta tarde, cuando no se descarta que alguna de las partes pueda solicitar un careo sobre la evaluación que realizaron en el mes de octubre a la joven madrileña.
Ambas partes, que también elaboraron un informe de personalidad, analizaron el estado psicológico en el que se encontraba la denunciante, Mientras que para los peritos forenses del juzgado ni exageraba ni minimizaba los síntomas de un estrés postraumático, que se puede prolongar un tiempo, para las defensas este diagnóstico no era tal.
Ya antes de comenzar esta mañana la sesión, el abogado de la denunciante y el de tres de los cinco procesados han dejado ver sus diferencias a la hora de valorar las periciales por las partes.
De hecho, Morán mostraba su confianza en que permitan confirmar que no hubo «ningún tipo de consentimiento por parte de la víctima» en las relaciones sexuales, y la defensa de los acusados subrayaba que deberán ser los miembros del tribunal quienes saquen sus conclusiones.