La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares ha dictado una sentencia en la que condena a penas que suman más de 30 años de cárcel a los diez miembros de una banda que introducía hachís en Mallorca desde Ceuta.
La sala ha impuesto a cada uno condenas de entre un año y medio y cuatro años y tres meses de prisión, y multas que van desde los 77 a los 400.000 euros.
La sentencia considera probado que los acusados se dedicaron a introducir en España importantes cantidades de cannabis sativa tipo resina de hachís desde Ceuta, con destino final a Mallorca y países extranjeros como Holanda y Alemania.
Los magistrados señalan que los traficantes utilizaban una sofisticada red de comunicaciones para evitar ser detectados por los cuerpos policiales, para lo que conseguían una gran cantidad de teléfonos móviles que utilizaban solamente durante periodos de tiempo muy cortos y después los cambiaban rápidamente para evitar su localización. Estos teléfonos figuraban a nombre de terceras personas de nacionalidad extranjera.
La banda también controlaba minuciosamente el transporte del hachís para detectar posible presencia policial y contaban con una vivienda alquilada en Manilva (Málaga), varios vehículos y una embarcación de recreo para el transporte de la droga.
Varios de los acusados reconocieron los hechos y llegaron a una conformidad con la Fiscalía. Cabe señalar que el tribunal ha apreciado la atenuante de dilaciones indebidas, puesto que la causa fue incoada en diciembre de 2011 y su enjuiciamiento no se celebró hasta septiembre de 2017.