La Audiencia Provincial de Balears condenó este jueves a diez años de prisión a dos ciudadanos búlgaros que obligaban a dos compatriotas suyos a mendigar en Santa Ponça durante cerca de un mes entre amenazas y agresiones. Los procesados afrontan la pena, que incluye indemnizaciones de 6.000 euros a cada una de las dos víctimas, por sendos delitos de trata de seres humanos.
Los dos condenados, que se habían instalado previamente en la Isla, convencieron en primera instancia a una de las víctimas a venir a Mallorca con la promesa de trabajar de forma legal. Sin embargo, fue obligado a mendigar de 9 a 21.30 en el aparcamiento de un supermercado ubicado en Santa Ponça forzándole a entregar todo el dinero que obtenía bajo amenazas.
Al segundo afectado también fueron a reclutarlo a su país de origen y le pagaron el billete a cambio de entregar el 50% de lo que recibiera ejerciendo la mendicidad y asegurándole que tendría su vivienda compartiendo gastos.
La sentencia hecha pública ayer considera probado que las dos víctimas fueron obligadas a pedir dinero en Santa Ponça y Palma sufriendo amenazas y agresiones si no les entregaban el suficiente. Los condenados ejercían un gran control sobre ellos, ya que comprobaban los alimentos que consumían y les privaban de disponer de dinero registrándoles cuando llegaban a casa. Además, les mantenían bajo vigilancia mediante un teléfono móvil que no permitía realizar llamadas.
Una de las agresiones con una barra de hierro a principios de enero causó lesiones a una de las víctimas que precipitó su salida de la vivienda y poder presentar la denuncia.
La situación de miedo, la falta de arraigo y el desconocimiento del idioma impidieron que los afectados huyeran según consta en la sentencia, que no considera probado que una de las víctimas fuera obligada a mantener relaciones sexuales con hombres.