No hablaban por teléfono. Solo por mensajes de texto. Era una medida de seguridad. La Guardia Civil intervino en la casa del cabecilla, en Ceuta, 19 teléfonos móviles (18 Nokia y 1 Thuraya).
Una banda de ocho narcotraficantes reconoció en un juicio celebrado en la Audiencia de Palma que introdujo hachís en Mallorca entre 2011 y 2012. Dos acusados de la rama mallorquina negaron su vinculación con el grupo. Uno de ellos alegó que la droga que compró era para consumo propio.
El jefe de la red admitió que organizó tres introducciones de hachís entre noviembre de 2011 y junio de 2012. Primero fueron 10 kilos. Luego 20 y al final 45.
La droga provenía de Ceuta, se almacenaba en una vivienda vigilada de Málaga y se trasladaba por barco a la Isla.
La Guardia Civil desarticuló la organización en junio de 2012. Los agentes detuvieron al cabecilla y a otro miembro al desembarcar en el puerto de Palma con 45 kilos de hachís ocultos en un coche. El kilo de esta droga lo vendían por 3.600 euros.