Un grupo de 20 personas, entre las que se encontraban menores de edad, ha huido este jueves del restaurante Los Arcos, ubicado en localidad de Anero (Cantabria), para no pagar la cuenta de 300 euros por su almuerzo, aunque han sido localizados posteriormente por la Guardia Civil.
Según ha relatado hoy a Efe el propietario del local, Alfonso Carlos Fernández Gómez, los autores del 'simpa' comenzaron a abandonar «poco a poco» el establecimiento en los postres con la excusa de ir a fumar, hasta que «de repente todos corrieron hacia los coches y salieron a toda prisa».
El propietario, que sospechaba de estos comensales por su forma de actuar durante la comida, tomó nota de la matrícula de uno de los vehículos y avisó a la Guardia Civil, que «a los 10 minutos» detuvo a los ocupantes.
«Ha sido una sorpresa, porque ves que pasan estas cosas en la televisión pero nunca piensas que te puede ocurrir a tí», afirma Fernández, quien sigue sin explicarse que personas, de entre 30 y 40 años acompañados por sus hijos, puedan huir de un restaurante sin pagar «unos menús del día de 12 euros».
Los comensales, todos españoles, entraron al restaurante, situado en un área de servicio cercana a la autovía A-8, sobre las 14.30 horas y al no quedar huecos libres comenzaron a tomar un aperitivo en la barra del bar mientras los camareros les montaban unas mesas en la zona de la cafetería para que pudieran comer.
«Esas primeras consumiciones sumadas a los menús hace una factura total de algo más de 300 euros», detalla Fernández, quien también ha denunciado los hechos ante la Guardia Civil.
Pese a que todavía no ha recibo el abono de la deuda, explica que le ha llamado «avergonzada» la madre de uno de los detenidos para pedirle perdón y liquidar «cuanto antes» la cuenta.
El pasado mes de marzo, la Guardia Civil detuvo a uno de los cabecillas de un grupo que estafó a un establecimiento hostelero de Bembibre (León), del que se marcharon los 150 comensales que celebraban un bautizo dejando una deuda de 2.000 euros. Semanas antes, había ocurrido un hecho similar en Ponferrada durante la celebración de una boda para 200 invitados.