Dos hombres de nacionalidad búlgara negaron este viernes en la Audiencia de Palma haber obligado durante meses a una pareja de compatriotas a ejercer la mendicidad en Santa Ponça. Cada acusado se enfrenta a una pena de 14 años de cárcel por dos cargos de trata de seres humanos.
Los acusados afirmaron que en ningún momento les habían amenazado ni agredido físicamente, y que los trataban como amigos. Adujeron que durante la Nochevieja del año pasado los dos denunciantes habían llegado a casa en estado de embriaguez y se habían enzarzado a golpes en la terraza. A causa de esta trifulca, los expulsaron, dándoles una semana de margen para que abandonaran la casa. Los dos búlgaros afirmaron que todas las acusaciones vertidas contra ellos eran mentira y que obedecían a una campaña de venganza por haberles expulsado de su domicilio.
Los dos denunciantes no se presentaron al juicio. El abogado de las defensas presentó un vídeo en el que una de las víctimas se desdecía de su denuncia. «Esta gente ahora quiere decir la verdad. Estamos en la cárcel sin ninguna culpa», dijo uno de los acusados.
En su declaración ante la juez, este hombre negó haber propuesto a uno de los mendigos inyectarse una sustancia química en el pene para prolongar la erección y así mantener relaciones sexuales con otros hombres a cambio de dinero. Durante el registro del vehículo de uno de los acusados, los investigadores encontraron un total de 34 bolsas de plástico transparentes que contenían 640 monedas con un valor de 390 euros, que provendrían de la la labor de mendicidad que llevaban a cabo las dos víctimas. Asimismo, también se encontraron 539 monedas por valor de 290,80 euros en varios lugares del piso en el que residían, y 2.265 euros en billetes en una caja fuerte.