En la tarde noche del miércoles, una paciente del hospital palmesano de Sant Joan de Déu murió tras una larga estancia en el centro. La sorpresa saltó cuando el juzgado fue informado del fallecimiento y, siguiendo el protocolo habitual en estos casos, se solicitó su filiación: «Su identidad está protegida».
Según ha podido saber Ultima Hora, la víctima era una magrebí de unos cuarenta años que estuvo residiendo en Francia con su marido y que en 2011 sufrió un grave accidente en Mallorca. Las circunstancias nunca quedaron demasiado claras, pero la mujer se ahogó y estuvo a punto de perder la vida. Desde el primer momento se barajaron dos hipótesis: que hubiera intentado quitarse la vida o que alguien de su círculo más próximo la hubiera atacado. El estado en el que quedó impidió que ella pudiera despejar las incógnitas.
En un primer momento, la víctima marroquí ingresó en un hospital convencional palmesano, pero meses después comprobaron que necesitaba otros tipos de cuidados y fue trasladada hasta Sant Joan de Déu, en la barriada del Coll den Rabassa. Desde 2012 hasta ahora, por ende, la mujer permaneció hospitalizada en ese centro y su identidad se mantuvo protegida «para garantizar su seguridad».