Un testigo ha declarado al juez que investiga la presunta corrupción en torno a la Policía Local de Palma que tiene fotos pedófilas del empresario Tolo Cursach que para él son «un auténtico seguro de vida» y que, sospecha, motivaron que ordenara matar a un antiguo empleado suministrándole droga. El juez Manuel Penalva ha dado credibilidad a este testigo, tal y como se recoge en el auto.
Según se recoge en la resolución judicial, esta persona manifestó que un amigo suyo que trabajaba como guarda en una finca del empresario del ocio nocturno le había mostrado tres fotografías de Cursach «en compañía de menores: dos niñas y un niño haciéndose tocamientos».
Siempre ha señalado dicho testigo, el director general del grupo empresarial, Tolo Sbert, encarcelado junto a su jefe el pasado viernes, le habría reclamado las imágenes en varias ocasiones con amenazas, «a lo que se negó dado que para el declarante constituyen un auténtico seguro de vida».
Según el declarante, esa presión de Sbert coincidió con la muerte por sobredosis del trabajador de Cursach, que era toxicómano, un fallecimiento que el testigo atribuye a la orden del empresario de que se le facilitara droga hasta que muriera.