Varios testigos que han declarado este martes en el juicio por la muerte de un anciano tras los golpes recibidos en el asalto a su domicilio del Puerto de Pollença en diciembre de 2013 han exculpado a los dos principales acusados en sus declaraciones ante el tribunal que les juzga en la Audiencia de Palma.
Cinco de los testigos que han comparecido en la segunda jornada del juicio, cuatro de ellos familiares o parientes de alguno de los acusados y otro un compañero de cárcel, los han exculpado del robo ocurrido en un chalet del Puerto de Pollença, cuyo propietario de 78 años murió días después del suceso, por la paliza que le dieron los asaltantes.
En relación con uno de los acusados, Cristian Adrian S., para quien la Fiscalía pide 25 años y 6 meses de prisión por homicidio, detención ilegal, robo con violencia y tentativa de robo con fuerza en casa habitada, su cuñada ha asegurado ante el tribunal que la noche que ocurrió el asalto, el hombre cuñado durmió en el domicilio familiar, no salió y estuvo al cuidado de sus hijos.
También ha sido exculpatoria la declaración del cuñado del otro principal acusado, Jorge Nestor R., quien ha negado haber dicho a la Guardia Civil durante la investigación del caso que su familiar podría haber cometido el robo él solo y que se había tenido que marchar a Chile porque había tenido un grave problema, y ha señalado que se fue «a buscarse la vida» en su país de origen.
Si bien en su día firmó la transcripción de dos declaraciones distintas ante los agentes, este martes ha dicho que no las leyó antes de firmar y que no dijo lo que pone en ellas.
La pareja de ese mismo acusado ha asegurado que estuvieron juntos tanto el día que hubo una primera tentativa de asalto al chalet, en el que los implicados huyeron cuando sonó la alarma; como unos días después, cuando se produjo el robo y la agresión al anciano, y ha dicho tener fotografías que lo prueban.
También ha prestado declaración como testigo un preso que cumple condena por varios asaltos con armas de guerra ocurridos en Mallorca, de la llamada banda de los paramilitares, que ha relatado que coincidió en prisión con uno de los acusados que le contó que había sido autor tanto de la tentativa de robo como del asalto y exculpó al otro principal acusado, a quien también conoció posteriormente en la cárcel de Palma.
Varios de los guardias civiles que trabajaron en el caso han relatado que empezaron a investigar a partir de las declaraciones del anciano que había sido agredido y de su mujer, que dieron una vaga descripción de los asaltantes como dos hombres que actuaron con las caras tapadas, uno de ellos alto y fuerte y el otro grueso.
El anciano relacionó el asalto con otro intento de robo que había sufrido semanas antes al salir de su domicilio, por parte de un hombre cubierto con una máscara como de payaso.
Una llamada anónima y la posterior declaración de una testigo protegida que sospechaba de los dos principales acusados, fue la que dirigió la investigación hacia ellos. Posteriormente hallaron una máscara de Spiderman, junto a un pasamontañas y un gorro al registrar la vivienda de uno de los presuntos implicados y restos de sangre humana en su coche.
El juicio continuará el próximo jueves ante la sección segunda de la Audiencia de Palma.