La Policía Local de Palma asestó el pasado domingo un duro golpe a uno de los suministradores de material de los vendedores ambulantes que operan en la Platja de Palma.
En torno a las 12 horas, una patrulla que se encontraba en las inmediaciones de la carretera de Llucmajor detectó la presencia de un senegalés cargado de bolsas de plástico y una gran cantidad de relojes en la mano. De manera sigilosa, los funcionarios se aproximaron hasta su posición y comprobaron cómo el sospechoso estaba ofertando a varios compatriotas las copias falsificadas de los relojes por un precio de cinco euros la unidad. Cuando el grupo de vendedores ambulantes vieron a los policías actuantes se dieron a la fuga apresuradamente dejando solo al varón que les estaba vendiendo el género. Los funcionarios consiguieron interceptar al distribuidor e incautarle todo el género. Entre los relojes falsos podían encontrarse copias de Rolex, Omega, Seiko, Cartier, Lotus y Bulgari, entre otros.
Declaración confusa
En un primer instante, el distribuidor del género incautado reconoció a los agentes que había comprado los relojes a un mayorista chino por unos 400 euros. Este punto no convenció a los investigadores porque los comercios orientales que disponen de establecimiento abierto al público suelen ser muy comedidos con el cumplimiento de las normativas vigentes porque saben que son objeto de múltiples inspecciones.
Los agentes sospechan que se trata de un distribuidor ‘nodriza' cuya misión consiste en recoger el género en los grandes almacenes de la zona, distribuirlo entre sus puntos de venta (vendedores ambulantes) y posteriormente entregar los beneficios a sus jefes. Los relojes se vendían a 5 euros como precio de coste. Acto seguido, los vendedores los ofertaban a los turistas a 50 euros para acabar regateando y obtener un precio final de unos 20 o 25 euros.
El detenido, identificado como Cheikh F., es un ciudadano senegalés de 41 años de edad y domiciliado en el municipio de Llucmajor. La Policía Local de Palma le imputa un presunto delito contra la propiedad industrial dado que los relojes simulaban ser auténticos falsificando con ello las marcas originales.
En los próximos días, más de un centenar de agentes continuarán atacando con intensidad la problemática de la venta ambulante.