El mayor de la Policía Local, Guillém Mascaró, declaró este lunes como imputado en el caso que investiga la corrupción en el cuerpo. El mando, que ocupó el cargo político de director de área bajo el mandato de Mateo Isern, está imputado por no haber investigado un caso de amenazas en el seno del cuerpo.
En concreto se trata de un episodio en el que un grupo de agentes imputados en el ‘núcleo duro' de la trama de extorsión nombraban a compañeros del cuerpo mientras realizaban prácticas de tiro. Antes de cada disparo mencionaban el nombre de uno de sus objetivos y después abrían fuego.
Este episodio ha sido ratificado por varios testigos directos que señalaron que la intención era intimidar a policías que se habían opuesto a las prácticas mafiosas en el seno de la Policía Local. Los agentes que realizaron los disparos y esas amenazas tienen una orden que les impide acercarse a aquéllos a los que mencionaban.
La citación de Mascaró responde a que la Fiscalía Anticorrupción sospecha que tuvo conocimiento de estos hechos y que no actuó para perseguir ni denunciar esas posibles coacciones. El imputado negó cualquier inacción y admitió que sólo conoció esta situación a través de una reunión en la que intervinieron otros mandos del cuerpo a quienes sostiene que correspondía actuar. Además del mayor también se ha tomado declaración en calidad de imputado al subinspector Planas.