El Servicio de Salud de las Illes Balears (Ib-Salut) condena cualquier tipo de agresión a los profesionales que trabajan en el ámbito sanitario y reitera su apoyo a todos ellos tras la agresión sufrida este miércoles por un celador del Hospital Son Llàtzer por parte de una usuaria.
La víctima, de 34 años, sufrió heridas leves y el hospital activó enseguida el protocolo para prevenir la violencia en los centros del Servicio de Salud, que incluye asistencia sanitaria, jurídica y psicológica, según ha informado la Conselleria de Salud en un comunicado.
La Policía Nacional acudió al Hospital Son Llàtzer tras recibir el aviso de la agresión para levantar el atestado y facilitar la interposición de una denuncia.
El Servicio de Salud considera «necesario concienciar» a la población sobre la necesidad de luchar contra esta «lacra» con el fin de mejorar las condiciones de trabajo de todos los profesionales de este sector.
El Ib-Salut ofrece atención y asesoramiento, tanto psicológicos como jurídicos, a los profesionales que han sufrido una agresión. Los casos más habituales que se sufren son los de violencia verbal como palabras vejatorias, amenazas, gritos o malos gestos.
En segundo lugar están los casos de violencia física -empujones, escupitajos o golpes-, mientras que en tercer y cuarto puestos están los casos de violencia psicológica y de daño a las propiedades, respectivamente.
Desde la creación del Plan de Agresiones en 2007, el Servicio de Salud ha ido implantando de manera progresiva una serie de medidas dirigidas a mejorar la seguridad de los trabajadores, como vigilantes de seguridad o cámaras de vigilancia.
También ha impartido cursos de formación para aprender a actuar en situaciones conflictivas. Se recomienda que la víctima de una agresión en el ámbito sanitario se haga un reconocimiento médico y curse un parte de lesiones.
El incidente debe tramitarse como accidente de trabajo y anotarse en el registro de agresiones.