La presidenta del Govern, la presidenta del Parlament y varios consellers, diputados y concejales de Palma se han concentrado este viernes ante la entrada del Consolat de Mar para guardar un minuto de silencio por la mujer asesinada a manos de su expareja en Sant Jordi.
Varios asistentes llevaban un crespón morado como símbolo de rechazo a la violencia de género, ya que éste ha sido el primer caso en Balears en lo que va de año.
La consellera de Servicios Sociales, Fina Santiago, ha querido transmitir «un sentimiento de rabia e impotencia», ya que «a través de los mecanismos políticos que activamos tanto un gobierno como otro, no conseguimos paralizar estos asesinatos de mujeres».
En declaraciones a los medios, Santiago ha reflexionado sobre la necesidad de «cambiar de estrategia» porque «no es suficiente lo que hacemos: No es posible que gente joven, que ha sido educada en democracia, mate de esta forma a las mujeres, de una manera absolutamente violenta», ha dicho.
Por ello, ha reclamado un pacto social amplio «donde intervengan policía, medios de comunicación, el sistema sanitario o el educativo», entre otros agentes.
Por su parte, la directora del Institut Balear de la Dona, Rosa Cursach, ha señalado que la víctima no había recurrido a los servicios de su organismo ni había presentado denuncia, lo que «da la impresión de que no se esperaba que la persona que había sido su pareja acabase con su vida de esta forma».
Cursach ha expresado su «rabia, tristeza e indignación ante un hecho de estas características» y ha recordado que cada año son asesinadas más de 50 mujeres en toda España.