Los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que investigan la corrupción policial en la Platja de Palma registraron este jueves de forma minuciosa su lujosa finca de Llucmajor, en busca de dinero y de pruebas. M. P. B., de 67 años, se ha negado a declarar ante los investigadores y está previsto que este viernes sea presentado ante el juez.
El registro del miércoles en la sede central de su empresa, en el hotel Bali de la Platja de Palma, se prolongó hasta la noche y los funcionarios se llevaron cajas de documentación. El volumen a analizar es tan grande que se han creado «grupos de trabajo» destinados a descifrar todo ese material.
La comisión judicial se trasladó hasta la propiedad que posee el empresario en Llucmajor. Los policías y guardias civiles buscaron dinero oculto, papeles y pruebas de posibles sobornos a policías locales.
Fuentes de la investigación informaron que llevaban «tiempo» tras los pasos del acusado y que tienen constancia de que movía «grandísimas» cantidades de dinero, sobre todo procedente de uno de sus negocios ubicado en la popular «calle del jamón», de la Platja de Palma. Ahora, tratan de demostrar que parte de ese dinero pudo ser destinado a sobornos, amenazas o actividades irregulares.
El detenido continuó este jueves en los calabozos de la Guardia Civil y este viernes por la mañana está previsto que pase a disposición judicial en Vía Alemania.
Hay otros empresarios de la noche que aparecen citados expresamente por policías detenidos o arrepentidos y todo indica que serán los siguientes en pasar por las dependencias policiales.
Además, un teniente de la Guardia Civil y un guardia de una unidad de élite aparecen directamente salpicados por el escándalo, a través de una empresa de seguridad que crearon y que trabajaba para un poderoso empresario investigado.