Verónica D. M, acusada de asesinar a su pareja sentimental, ha negado hoy ante el tribunal del jurado que le juzga en Palma, toda participación en la muerte de F.C.A. ocurrida en agosto de 2011 en los edificios Pullman.
Durante la primera sesión del juicio, la acusada ha relatado que no se encontraba en su casa cuando se produjo el asesinato, ya que había salido y permaneció fuera unos 45 minutos.
«Cuando bajaba a la piscina me encontré con un desconocido en el rellano», ha dicho la mujer.
La acusada ha explicado que al regresar a casa junto a una vecina encontró a la víctima en el suelo en medio de un charco de sangre.
Verónica, que tiene antecedentes por robo con violencia, está ahora en libertad provisional y se enfrenta a una petición de 15 años de prisión.
El ministerio público considera que, el día de los hechos, la mujer agredió con un arma blanca a F. C de 25 años, con la intención de causarle la muerte, asestándole varias cuchilladas en el cuello y un brazo.
A continuación, salió a deshacerse del arma del crimen, según la acusación.
Para la fiscalía no hay duda de que se trata de un «crimen pasional» con el agravante de parentesco, ya que la pareja convivía desde hacía seis meses.
Durante la sesión, ha declarado el jefe del grupo de homicidios quien ha afirmado que, durante la investigación, se han encontrado con «muchas contradicciones» a causa de las diferentes versiones dadas por la acusada.
Además, un agente afirma que en el momento de la llegada de los policías, encontraron a Verónica «muy serena y diciendo que la víctima se había resbalado».
Durante la inspección ocular se halló, en un armario, sangre de un perfil genético perteneciente a la víctima y de otro de la acusada.
Por otra parte, la defensa afirma que no existen pruebas concluyentes que apunten a Verónica D. M como presunta asesina: «Se basan en que fue la última persona que le vio con vida».
Está previsto que el juicio se reanude mañana a las 10.00 horas.