Agentes del Grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía procedieron a la detención de dos personas más implicadas en el caso del intento de homicidio de un mendigo en Palma. Se trata de José F. C., de 57 años y de Julio G. C., de 56 años, ambos acusados de los delitos de encubrimiento, usurpación de bienes e inmuebles y defraudación de fluido eléctrico.
Los nuevos detenidos cuentan con múltiples antecedentes policiales, pero Julio G. C., en abril de 1999 fue detenido y condenado por matar a un indigente en Son Malferit, en Palma. Según la investigación, los cuatro detenidos vivían junto a la víctima en una casa de okupas ubicada en la calle Aragón número 255 de Palma.
Al parecer, entre todos ellos tenían problemas constantes de convivencia, especialmente con la víctima. Sobre las 22.30 horas del pasado lunes, los arrestados decidieron echar a la calle al mendigo. Acto seguido, el indigente acudió al parque prevere Pedro Poveda y se tumbó en un banco. Mientras se marchaba, los arrestados han declarado que les amenazó con prenderle fuego la casa. Unos minutos más tarde, dos de ellos, fueron a por el mendigo con clara intención de matarlo.
Fue sobre las 23.45 horas, cuando dos policías que estaban realizando labores de prevención escucharon varios gritos y golpes procedentes del interior de los arbustos del citado parque. Los funcionarios, extrañados por los gritos, se aproximaron hasta el lugar y pudieron observar a dos varones que estaban agrediendo a una tercera persona con un machete de cocina y con un palo de grandes dimensiones.
Los agresores, dos varones de nacionalidad española de 31 y 32 años de edad respectivamente, golpeaban a la víctima a la vez que le gritaban «te vamos a matar». En el momento en el que fueron sorprendidos por los agentes, uno de los violentos agresores arremetió contra los policías con el machete de cocina en su mano derecha teniendo que utilizar el uso de la fuerza estrictamente necesaria para proceder a reducirlo.
Ayer, los cuatro detenidos fueron puestos a disposición judicial. Todos los arrestados y policías llevaron mascarillas porque uno de los trasladados tenía tuberculosis.