Ni extorsión, ni mafia ni nada. El empresario ruso Alexander Romanov negó ante la magistrada que investiga sus negocios cualquier tipo de delito de los que le imputa la Guardia Civil. En la versión que ofreció en su interrogatorio de este fin de semana en el juzgado de guardia justificó sus actividades dentro de un marco 'legal', así como el origen del dinero con el que compró el hotel Mar i Pins de Peguera. También rechazó haber presionado a hoteleros de la zona o cualquier manipulación de las licencias urbanísticas en la reforma del hotel.
Traducción
El interrogatorio fue especialmente extenso y junto al de los otros siete detenidos que la Guardia Civil puso a disposición del juzgado se prolongó ininterrumpidamente desde la tarde del sábado a la mañana del domingo. Entre medias hubo algún problema técnico relacionado con el primer traductor enviado por el Ministerio de Justicia al juzgado que tuvo que ser sustituido por otro ante la complejidad de los interrogatorios y su carácter técnico.
La magistrada decretó el ingreso en prisión incondicional de Romanov y su mujer. La defensa de ambos, ejercida por el letrado Llorenç Salvà tiene previsto recurrir contra esta medida. Otro de los detenidos, un abogado de Palma tendrá que constituir una fianza de 100.000 euros para eludir el ingreso en prisión y otras cinco personas quedaron en libertad provisional, si bien con la prohibición de abandonar el territorio nacional.