Cuarta sesión a puerta cerrada del juicio contra trece personas vinculadas con una trama de prostitución de menores en Palma. En la sesión de ayer terminaron de declarar las víctimas. Dos jóvenes, que era menores de edad cuando ocurrieron los hechos en 2011 y 2012 ratificaron en el juicio que fueron introducidas en el consumo de drogas por los acusados y que luego se prostituyeron a cambio de estupefacientes o dinero para satisfacer esa adicción.
Una de las jóvenes que declaró está afectada por una discapacidad intelectual, ratificó la versión de los hechos que mantiene el fiscal. En el caso de esta víctima, el escrito de acusación relata cómo un joven con el que tenía una relación sentimental «incipiente» la inició en el consumo de cocaína y heroína para luego insistirla en que mantuviera relaciones sexuales con hombres que buscaba por internet o entre las personas que frecuentaban el parque del Otta.
Padres
En la sesión de ayer también declararon como testigos los padres y los familiares de Nora Ayala, la joven que falleció en septiembre de 2011. El padre contó que la muerte de su hija, a su juicio fue un «homicidio». Los familiares contestaron a preguntas sobre cómo descubrieron que la adolescente se había visto inmersa en la trama de prostitución. Contaron que sospecharon ya que algo raro ocurría tras encontrar el cadáver de Nora en la puerta de la casa: la menor tenía las llaves en el bolso y éste cerrado, llevaba dinero en efectivo cuyo origen desconocían los padres y había subido por las escaleras cuando ella siempre usaba el ascensor. A estas sospechas iniciales se sumaron conversaciones que escucharon en el tanatorio. A partir de ahí, los padres y una prima de Nora revisaron el teléfono y las cuentas en redes sociales de la menor, lo que dio pie a que acudieran a la policía. Las defensas sostienen que la entrada de los familiares de Nora en estas cuentas pudo ser ilegal y, de esta manera las vinculan con las escuchas telefónicas realizadas por el Cuerpo Nacional de Policía a los principales sospechosos.