Un accidente de tráfico ocurrido en la carretera que enlaza Bunyola con Santa Maria estuvo a punto de acabar en tragedia. Los cuatro miembros de una familia que viajaban en el interior de un coche que volcó a causa de la lluvia sufrieron heridas de distinta consideración. Se trata de una pareja, un niño de cuatro años y un bebé de cinco meses.
El siniestro se produjo de noche, cuando el Fiat de color rojo tomó una curva y patinó, ya que la calzada estaba mojada. A continuación, el conductor pisó el freno y perdió el control del turismo, que volcó, salió de la vía, y de nuevo regresó al asfalto.
El impacto fue tremendo y cuando los primeros equipos de emergencia llegaron hasta ese punto kilométrico se encontraron el coche destrozado, volcado en mitad de la calzada, con la luna delantera hecha añicos y la carrocería destrozada.
Los cuatro ocupantes, que según informó un portavoz policial eran miembros de una misma familia, se encontraban conmocionados y magullados, pero en apariencia sus lesiones no revestían excesiva gravedad. El hombre pudo entrar caminando en la ambulancia, a donde fue llevado el bebé de cinco meses, y le aplicaron un collarín en el cuello, para prevenir lesiones medulares. La mujer, por el contrario, fue instalada en una camilla porque también tenía dolores en la espalda y también le pusieron un collarín.
Los médicos examinaron a los dos niños y finalmente todos los ocupantes del coche fueron trasladados hasta un centro hospitalario.
Atestado
La Guardia Civil de Tráfico se hizo cargo de la investigación sobre el accidente y la Policía Local de Bunyola también se desplazó hasta esa carretera, para apoyar a sus compañeros beneméritos.
Fuentes de la investigación indicaron que había sido «vital» que los cuatro ocupantes del coche hubieran ido correctamente sujetos con el cinturón de seguridad, ya que en los vuelcos de coches es muy frecuentes que las víctimas que no llevan cinturón salgan despedidas al exterior.