Arde la noche. Un pirómano trajo ayer de cabeza a la policía, que le siguió la pista entre Ocimax, Son Roca, Son Rapinya y sa Vileta. Finalmente, los agentes persiguieron a dos chicos que habían huido a bordo de un ciclomotor y consiguieron detener a uno de ellos. Sin embargo, no está claro que tengan relación con los hechos.
Poco antes de la medianoche, un Peugeot 205 con muchos años de antigüedad quedó envuelto en llamas en la calle Leocadia de Togores, cerca de la prisión antigua de Palma. El turismo resultó devastado y no se pudo aclarar qué había ocurrido. Lo sospechoso, empero, llegó poco después, cuando se desataron incendios en otras barriadas próximas. A las una, en la calle Rector Juan de sa Vileta, un pirómano quemó la rueda de un coche aparcado. Una patrulla de la Policía Local apagó las llamas con extintores, pero los desperfectos fueron cuantiosos.
Sólo media hora después, el incendiario se desplazó a Son Roca. Allí prendió fuego a un vehículo de la marca Nissan, aparcado en la calle Cabo Blanco. Muy cerca, en la calle Formentor, dos contenedores ardieron, lo que ya dejó muy a las claras que el pirómano estaba en las inmediaciones, jugando con los policías.
Operación cerrojo
Entonces, todos los policías nacionales y locales disponibles pusieron en marcha un dispositivo cerrojo, para cazar al incendiario. En Son Rapinya se quemó otro contenedor y después dos jóvenes fueron detectados en un ciclomotor. Se les dio el alto, pero huyeron a toda velocidad. Atravesaron quince calles de sa Vileta, muchas de ellas en dirección contraria, y al final huyeron a pie. Uno de ellos fue detenido, pero no se pudo confirmar si era el pirómano.