Agentes de la Guardia Civil de Inca irrumpieron, a las 22 horas de la noche del lunes, en una macrofiesta ilegal organizada en una finca de Caimari (Selva).
En un principio, según versión oficial del Ajuntament de Selva, «una vecina vino y comunicó que quería hacer una fiesta privada en su casa. Se le informó que no había ningún problema siempre y cuando cumpliera las normativas vigentes medioambientales y fuese de ámbito privado y gratuito. Queremos que quede muy claro que nosotros no autorizamos ninguna fiesta de pago ilegal», concluyen fuentes oficiales del Ajuntament de Selva.
Al parecer, la propietaria de la vivienda montó una macrofiesta en toda regla. Los accesos estaban controlados por porteros de seguridad y se pagaba a 15 euros la entrada. En el interior del recinto se llegaron a congregar más de 400 personas.
La música estaba tan fuerte que fueron decenas de vecinos quienes protestaron y llamaron a la Guardia Civil.
A media tarde, el alcalde de Selva, Joan Rotger y el pedáneo de Caimari, Pere Seguí, se personaron en el lugar y se interesaron 'in situ' por lo que estaba ocurriendo.
«Es una vergüenza. Han cerrado la fiesta cuando faltaban dos horas para acabar. Llevamos todo el día llamando y el jefe de la Guardia Civil del cuartel nos ha dicho que no podían hacer nada», concluye uno de los vecinos que alertó a los periodistas.
Un conocido promotor afirma: «Es normal que pase esto. A nosotros cuando queremos hacer algo legal nos crucifican e incluso nos amenazan con sanciones muy severas, mientras que cada fin de semana hay fiestas ilegales y nadie hace nada. Esto acabará muy mal», concluye.