Segundos de infarto en la calle Eusebio Estada, de Palma. Sobre todo para el conductor del coche que se introdujo en las vías del tren y estuvo a punto de ser arrollado por el ferrocarril de Sóller. El conductor novel, tratando de acelerar sobre los raíles, destrozó el turismo.
Sobre las diez y media de la mañana, un Skoda de color blanco con placa de matrícula 7424-HFZ circulaba por Eusebio Estada en dirección al centro de Palma. En un momento dado, el turismo realizó un cambio de sentido, cerca de la confluencia con Arquitecto Bennàssar, y quedó atrapado sobre los raíles. A poco metros, a su espalda, el conductor avistó el tren de Sóller, que se dirigía directamente hacia el coche.
Nervios
Los momentos siguientes fueron de mucha tensión. El tren se acercaba y el conductor, que iba solo, aceleró al máximo para salir del embrollo.
Los bajos del coche fueron golpeando contra los raíles y al final, ruedas, eje e incluso el cristal trasero quedaron reventados. Afortunadamente, el chófer del tren pudo frenar a tiempo. El convoy iba cargado de turistas, unos 300 en total, que tuvieron que esperar media hora hasta que el coche pudo ser sacado de las vías.
La Policía Local de Palma se hizo cargo de la investigación y los agentes se entrevistaron con el chico del Skoda, para conocer su versión de lo ocurrido. «El coche se me fue cuando fui a hacer un cambio de sentido. Me asusté porque venía el tren», explicó.
Numerosos vecinos se arremolinaron en la calle Eusebio Estada para interesarse por el accidente. Finalmente, una grúa retiró el turismo siniestrado de las vías y el tren de Sóller pudo continuar con su trayecto. Los turistas que viajaban en el interior se tomaron con buen humor la anécdota y cuando pudieron reemprender el camino se despidieron con saludos de los curiosos.