Languidece el verano, pero no la delincuencia en s'Arenal. El Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, en una operación conjunta, asaltaron ayer dos viviendas de s'Arenal de Palma y procedieron a la detención de diez sospechosos, la mayoría de ellos de nacionalidad rumana. Se trata de ladrones y carteristas con numerosos antecedentes, que estaban en el punto de mira policial desde mayo, cuando los dos cuerpos policiales abrieron la investigación.
Los hampones hacían su particular temporada turística en Barcelona, Canarias y Mallorca, y su objetivo eran los turistas. Sobre todo los que regresan a su hotel de s'Arenal a altas horas de la madrugada, con importantes dosis de alcohol en el cuerpo. Son víctimas fáciles, que apenas pueden ofrecer resistencia, y este verano este tipo de delitos se han convertido en una pesadilla para la Benemérita y la Policía Nacional. Son robos y hurtos que causan un grave perjuicio a la imagen turística de la Isla, y los mandos policiales, a principios de verano, decidieron combatirlos con dureza.
Tras meses de investigación, ayer por la mañana, a primera hora, una veintena de guardias civiles y policías nacionales irrumpieron en una vivienda de la calle Quartera, en s'Arenal de Palma, y redujeron a todos los inquilinos, la mayoría de los cuales estaba durmiendo. De hecho, la operación se retrasó una hora porque algunos de los sospechosos seguían en la calle, esperando a turistas borrachos.
Registro
La vivienda fue registrada de forma minuciosa y se intervinieron teléfonos móviles de última generación, cámaras de fotos, mp3, tabletas y efectos sustraídos. Poco después se llevó a cabo un segundo registro, esta vez en otra casa, donde fue arrestado un senegalés compinchado con la mafia rumana. En total, los arrestados en el operativo de ayer fueron diez, que fueron trasladados a las dependencias policiales a la espera de que en las próximas horas pasen a disposición judicial.
Se da la curiosa circunstancia de que la banda organizada estaba formada sobre todo por mujeres. De hecho, de los diez detenidos ocho son féminas del Este. Los investigadores creen que los capos de la red utilizaban a las señoras porque pasan más desapercibidas para cometer algunos hurtos en autobuses o esperar de noche a los veraneantes beodos.