El maquinista del tren que descarriló el pasado miércoles en Santiago, y en cuyo siniestro murieron 78 personas, ha sido acusado por la Policía Nacional de homicidio por imprudencia y permanece en los calabozos de la comisaría central compostelana a la espera de pasar hoy a disposición judicial.
Así lo ha anunció ayer el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que estuvo en Santiago en la misma jornada en la que fueron identificadas todas las víctimas mortales de esta tragedia, muchas de las cuales fueron ayer enterradas en sus lugares de origen. Un día después de que el presidente del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Gonzalo Ferre, dijese que el maquinista del tren siniestrado tenía que haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de la zona del siniestro, la ministra de Fomento, Ana Pastor, apuntó también hacia él al señalar que los operarios ferroviarios deben cumplir la normativa de seguridad.
Así, tras defender el sistema de seguridad español y asegurar que cumple con el ordenamiento comunitario, Pastor dijo que «quien opera el ferrocarril» debe cumplir esas normas y la investigación lo esclarecerá.
Además, el propio Fernández Díaz señaló a los periodistas, en su visita a la zona del siniestro, que hay «indicios racionales» como para considerar que el maquinista, Francisco José Garzón, tiene «una eventual responsabilidad en lo que ha sucedido».