Todos los testigos que vieron a José Bretón en el parque Cruz Conde de Córdoba el día que supuestamente desaparecieron sus hijos han asegurado que se encontraba «tranquilo» y en una actitud «muy diferente a la de alguien que ha perdido a sus hijos».
Durante la sexta jornada del juicio a Bretón, acusado de asesinar a sus dos hijos el 8 de octubre de 2011 en Córdoba, han prestado declaración varios testigos que se encontraban en el parque el día del suceso y vecinos de la finca de «Las Quemadillas».
También han pasado por la sala de vistas varios policías que buscaron a los menores en el parque y la agente que auxilió a la perito que determinó inicialmente que los restos óseos hallados en la finca de «Las Quemadillas» eran de origen animal.
En ese sentido, la agente ha asegurado que la forense antropóloga tuvo la «presión normal» en estos casos, pero pudo hacer su labor «libremente».
Ha añadido que dicha antropóloga iba analizando los restos en sede policial y que por momentos «comentaba que algunos eran de animal», concretamente de «roedores», si bien necesitaba hacer un examen más minucioso.
La auxiliar ha constatado que una vez analizados, los restos fueron debidamente guardados en cajas y precintados para evitar su manipulación, mientras fueron agentes de Sevilla los que se encargaron de su custodia posteriormente.
Por otro lado, varios testigos que se encontraban en el parque Cruz Conde de Córdoba han señalado que vieron a Bretón «tranquilo» y «nada nervioso», y que en ningún momento vieron rastro alguno de los niños.
Dos jóvenes que se encontraban sentados en el césped a escasos metros de la barra de ejercicios donde Bretón dice que se sentó cuando perdió a sus hijos, han manifestado que en ese lugar no vieron a nadie sentado, ni tampoco vieron a niños jugando en la zona.
Ambos han asegurado que en un momento dado el acusado se les acercó para preguntarles si «habíamos visto a sus hijos» y que si se enteraban de algo dieran «razón a la Ciudad de los Niños», lugar al que «se dirigió».
Una vez allí, el acusado se acercó a los monitores encargados de la seguridad e información del recinto infantil a quienes les dijo que había perdido a los menores en el parque anexo para que lo anunciaran por megafonía.
Ambos han asegurado que vieron a Bretón en una actitud «muy tranquila para alguien que había perdido a sus hijos», ya que normalmente cuando ocurre algo similar «los padres vienen histéricos y hasta quieren cerrar las puertas del recinto».
Por su parte, varios vecinos de la finca de «Las Quemadillas», han constado que entre las 15.00 y las 17.30 horas percibieron un «olor desagradable a quemado» pero no vieron «ninguna columna de humo».
Un hombre que reside en una finca colindante a la de Bretón ha manifestado que el día 8 de octubre estaba con su familia en su parcela comiendo y en un momento dado percibió un «olor muy desagradable» que no podía ser «ni de madera ni nada parecido».
Ha añadido que se trataba de un olor que «nunca en mi vida había olido», si bien no podía saber exactamente de donde procedía, ya que «estaba en el ambiente».
Asimismo, ha asegurado que no vio «ninguna columna de humo» en las inmediaciones de la finca a pesar de que se encontraba a unos 70 metros del lugar donde Bretón hizo la hoguera ese día.
En la misma línea, otro vecino que vive a unos 500 metros de la finca de Bretón, ha afirmado que en el ambiente había un olor «a plástico quemado y muy desagradable», pero «en ningún momento se parecía a carne quemada».
Ha reconocido que era «imposible» determinar de donde procedía el olor y que tampoco vislumbró columna de humo alguna en las inmediaciones de la zona.
Finalmente, los agentes que acudieron al parque cuando se dio aviso de que habían desaparecidos dos niños han manifestado que Bretón estaba «tranquilo», una actitud que «extrañó desde el primer momento».
Los agentes han explicado que se movilizaron a todos los policías que estaban de servicio ese día y que tras una intensa búsqueda por el parque Cruz Conde y sus alrededores «no se encontró ni una pista sobre los niños».