El macrojuicio contra quince británicos acusados de distribuir e introducir grandes cantidades de droga en Eivissa terminó en conformidad. Tras los antecedentes de Kabul y la 'operación Dragone', en los que la nulidad de las escuchas llevaron la absolución de los principales acusados, en este caso todos los implicados presentes aceptaron su culpa. Cuatro de los miembros de la banda no comparecieron en el juicio y fueron puestos en búsqueda y captura por la Audiencia Provincial de Palma.
La red estaba dirigida desde Gran Bretaña por uno de los acusados que utilizaba a otro como su delegado en Eivissa. Ambos aceptaron cuatro años y medio de prisión, la mitad de lo que pedía inicialmente el ministerio público. El resto de acusados, todos ellos bien correos o bien las personas que vendían la droga al por menor aceptaron condenas de dos o de tres años de prisión.
La Guardia Civil detuvo a los británicos en la 'operación Trafalgar' que se inició en el mes de agosto de 2009. Los agentes interceptaron en el aeropuerto a una joven que llegaba desde Manchester con más de dos kilogramos y medio de cocaína que le había entregado el líder de la trama. A partir de ahí se registraron diez domicilios y hoteles en los que vivían los acusados y almacenaban droga.