La Guardia Civil y expertos de Aviación Civil iniciaron ayer la investigación del accidente de avioneta en Marratxí, en el que fallecieron tres personas. El piloto continua ingresado en estado grave en la UCI de Son Espases tras sufrir múltiples fracturas y quemaduras en el siniestro.
La investigación para determinar las causas del accidente durará varios meses. Tras un primer análisis de los restos de la avioneta sobre el terreno y entrevistarse con testigos, los expertos apuntaban que la posible causa del siniestro podría atribuirse a los flaps, aunque con dos hipótesis. Por un lado que el piloto utilizara demasiados flaps para despegar y el avión cayó por falta de sustentación al no retirarlos. Y por otro, que el flap del ala izquierda se quedara abierto, lo que provocó que la aeronave no pudiese despegar correctamente, entrara en pérdida y se estrellara. Por tanto, se barajaba tanto el error humano como técnico.
Respecto al piloto, a pesar de contar con solo 23 años, Ignacio Carretero tenía una gran experiencia y realizaba horas de vuelo ya que aspiraba convertirse en piloto comercial.
En cuanto a la avioneta, tenía la documentación en regla, había pasado todas las revisiones y no se hallaron indicios de fallos o averías en el motor.
La avioneta se estrelló justo después de despegar, en un terreno agrícola a 600 metros de las pistas del aeródromo de Son Bonet. El aparato viró a la izquierda, luego a la derecha y cayó en picado desde poca altura. Al estrellarse se incendió. En el punto del impacto no había indicios de intento de aterrizaje o cualquier maniobra para evitar el siniestro.
Piloto
El piloto, al ser rescatado, manifestó a los equipos de emergencia que «nada más despegar el avión empezó a perder fuerza y no había manera de levantarlo».
Carretero había salido con tres amigos sobre las cinco de la tarde del viernes, para realizar un vuelo de recreo, con salida y regreso en Son Bonet. Él resultó herido en el trágico siniestro y sus tres compañeros fallecieron al estrellarse la avioneta contra el terreno e incendiarse. Las víctimas mortales eran el colombiano Jonan Alberto Buitrago, de 35 años; el cubano Ernesto Jesús Sánchez, de 23, y la española Elisabeth Rubio.