La roca de diez toneladas que cayó hace unas semanas sobre una casa de Bunyola, al desprenderse una pequeña parte de la montaña de sa Gubia, se resiste. Durante horas, dos grúas intentaron sin éxito extraer la piedra incrustada en el tejado.
A las nueve de la mañana, los bomberos regresaron a la urbanización de Son Poc, acompañados de técnicos de las grúas y de los dueños de la casa más afectada. El pedrusco quedó clavado en un lateral de la vivienda, causando cuantiosos daños.
Operativo
El objetivo era extraer la roca, causando los mínimos daños posibles. Los bomberos se colgaron de un cable y anudaron la piedra, para que luego los dos brazos mecánicos la levantaran. El problema consistía en que las plataformas estaban muy estiradas, porque no habían podido acercarse a la casa, y tenían menos potencia de lo habitual, cuando levantan desde pocos metros.
La dueña siguió de cerca -y muy afectada- las tareas de extracción, que se prolongaron hasta la tarde. Ahora, la solución que se presenta para retirar la roca, una vez que ha sido imposible extraerla con grúas, es trocearla con una perforadora. Otras familias de chalets colindantes siguen sin poder volver a sus casas precintadas, a la espera de que se descarte la posibilidad de nuevos desprendimientos.